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Las férulas dentales, el "engañabobos" que venden las farmacias por 15 euros y sin receta

El protector bucal para el bruxismo cuesta, al menos, 300 euros en una clínica dental y es mucho más efectivo y seguro a la hora de evitar el desgaste en los dientes

Ana Carrasco González

Un dentista ofrece férulas dentales a sus pacientes / FREEPIK

En España, ponerse un aparato en los dientes para dormir se ha convertido en una rutina popular. En la clínica dental, las férulas para evitar el desgaste dental cuestan alrededor de 300 euros, aunque pueden dispararse incluso hasta 800 euros. En cambio, en las farmacias se pueden adquirir por tan sólo 15 euros y, encima, sin la prescripción de un profesional. Sin embargo, los dentistas no recomiendan estas últimas y las tachan de ser un “engañabobos”.

Se calcula que, según un estudio de Sociedad Española De Disfunción Craneomandibular y Dolor Orofacial, en España, el 70 % de la población padece bruxismo, el hábito de apretar o rechinar los dientes que provoca el desgaste del esmalte dental, dolor en la mandíbula, alteraciones de la articulación temporomandibular y cefaleas.

Las peores férulas

Para evitar el bruxismo hay varios tratamientos. El más popular de ellos es la férula de descarga, de la cuál existe una amplia variedad en el mercado, pero no todas son recomendables. Las más baratas suelen encontrarse en las farmacias, en los centros comerciales o, incluso, en Amazon, pero pueden llegar a ser peligrosas, según apuntan los odontólogos.

Consulta de un dentista / PEXELS

“A veces, la sensación que me da es que la gente se hace un autodiagnóstico sin saber de nada, y se prescribe un aparato sin la supervisión de un profesional”, admite Luis Jané Chimeno, especialista en estética dental y rehabilitación oral de la Clínica Jané de Barcelona. “Lo que venden en la farmacia son unos moldes estándar que te debes personalizar, mientras en un dentista te entregan uno adaptado a ti y a tus necesidades”, señala.

Peor el remedio que la enfermedad

Jané expresa a Consumidor Global que para amoldar desde casa un protector bucal adquirido en una farmacia, primero hay que calentarlo. “En muchas ocasiones, me han venido clientes con quemaduras en las encías por ello. Además, se puede recalentar y te puede acabar quitando el nervio”, advierte el  experto.

Además, en muchos otros casos, no hace falta usar estrictamente este tipo de aparatos, sino que con otro tipo de tratamiento sería suficiente. El bruxismo se puede tratar también con medicación e, incluso, con inyecciones de bótox. “En cambio, por hacer un uso indebido y sin la supervisión de un profesional podría producir más dolores de los que había, variar la forma de nuestra mordida o puede romperte hasta un diente”, destaca Jané.

¿Por qué hay tanta diferencia de dinero?

“Aquí se piden mucho. Van sin receta y cuestan alrededor de 15 euros”, asegura a este medio una farmacéutica de la botica Santiago Rosón Río, en Barcelona. No obstante, en otras, como en la farmacia Farmaferoles, el protector bucal cuesta 10,84 euros. En Farma 13 se puede encontrar por 10,40 euros, y en Parafarmacia Campoamor por 12,28 euros. Además, en Amazon la férula dental de descarga alcanza un precio de 17,99 euros.

“En una clínica dental su precio está a partir de 300 euros, pero puede llegar incluso a los 800 euros”, destaca Jané. Es mucho más caro porque la diferencia entre uno de un dentista y otro de una farmacia es que en el primero hay un profesional detrás y puede durar 30 años. En el otro caso, te lo creas tú mismo, con todos los inconvenientes que conlleva, duran mucho menos y se ensucian más. Al final, lo barato sale caro. Para mí, los que venden en una farmacia son un engañabobos”, sentencia Luis Jané.