La falsificación es el pan de cada día de las grandes marcas. Louis Vuitton, Nike, Adidas, Yves Sant Laurent, Chanel, Gucci y una larga lista de firmas luchan diariamente contra las copias que salen al mercado.
A este problema, se deben sumar las imitaciones. Estas están separadas por una fina línea de las inspiraciones. Un tema que, en cientos de ocasiones, ha generado debate. Está claro que hay todo un público que compra falsificaciones o imitaciones. Pero, ¿hasta qué punto afecta al consumidor?
Falsificación vs imitación
Lo primero que hay que dejar claro son las diferencias entre una falsificación y una imitación. Lucía Martín, abogada de propiedad industrial e intelectual especialista en moda, explica a Consumidor Global que la falsificación es la copia exacta de otro artículo o marca.
Por ejemplo, en el caso de un bolso de Chanel, la falsificación puede venir tanto del logo de la firma como del propio diseño del artículo. La imitación, en cambio, suele estar asociada a la inspiración. "Tiene que ser una copia muy idéntica para considerarse infracción de diseño", sostiene la jurista.
Consecuencias legales
Basta con echar un vistazo al fast-fashion para comprobar que, a menudo, Inditex apuesta por diseños que recuerdan a los de las marcas más lujosas. "La imitación se permite en la ley de competencia desleal porque se entiende que facilita la innovación en el comercio pero siempre que no sea una copia exacta", añade Lucía Martín. Por tanto, la imitación rara vez tiene consecuencias legales.
Los problemas vienen con las falsificaciones. En estos casos, las personas que las elaboren se enfrentan tanto a multas como a penas de cárcel según explica la jurista. Unas consecuencias a las que hay que añadir indemnización por daños y perjuicios "bastante altas", en palabras de la abogada.
Casos concretos
Nike es, probablemente, una de las marcas deportivas más falsificadas. En 2021, la compañía estadounidense emprendió acciones legales contra casi 600 páginas webs por vender zapatillas falsas de la firma.
Buena parte de esos sitios webs estaban ubicados en el continente asiático. Así lo explicaron desde el periódico El Economista. En 2012, Louis Vuitton realizó una persecución de las falsificaciones históricas. Solo ese año, inició 13.800 redadas y más de 33.000 operaciones anti-falsificación. Lo detalla la propia firma en su web.
¿Te pueden multar por comprar falsificaciones?
Las consecuencias legales recaen sobre el fabricante de la falsificación. Es el principal responsable y de eso no hay duda. Lucía Martín aclara que el delito solo se concibe para la comercialización de productos falsificados. "El consumidor tiene una responsabilidad solidaria pero nunca se va contra él", subraya la jurista.
Algunos ayuntamiento sí conciben sanciones para las personas a las que la policía pilla comprando en los top manta. Ya se sabe que en la venta ambulante ilegal, las reinas de la fiesta son las falsificaciones. El Ayuntamiento de Barcelona, en 2020, advirtió que los clientes del top manta se exponen a multas de 500 euros.
El daño a la marca
Las falsificaciones de firmas hacen un daño económico y de imagen a la marca. Un impacto que Lucía Martín cifra en millones de euros perdidos. "La venta falsificada no es que solo dejes de vender producto a un sector, además puede perjudicar la imagen de marca. Puede dar pie a error", añade la abogada.
La mayoría de las veces, es la venta ambulante ilegal la que se dedica a vender falsificaciones. Sergio de la Fuente, oficial de sastrería, hace referencia al top manta o a los mercadillos. "Evidentemente la persona sabe que ahí está comprando una falsificación, no lo está engañando nadie", sostiene el experto en moda en declaraciones a Consumidor Global.
¿Cómo se detectan las falsificaciones?
Todas las marcas tienen las miradas puestas en las falsificaciones. Están siempre a la caza. Las más grandes tienen a personal destinado solo a captar las copias que se tratan de distribuir en el mercado.
"Envían a personal a los lugares donde se sospecha o se prevé que se están haciendo las falsificaciones", detalla Sergio de la Fuente. Posteriormente, estos especialistas realizan una compra falsa del artículo y, finalmente, procede a la denuncia. Sea como fuere, hay una cosa clara: la inspiración es un halago, la falsificación es para los caraduras.