En los últimos años, la cultura del trabajo ha cambiado mucho en España debido a diversos factores como la conciliación, el teletrabajo o la creciente preocupación por la salud mental, tal y como recuerdan desde Productividad Feroz. Según la Guía del Mercado Laboral de Hays, el 45% de los trabajadores sufren el llamado síndrome burnout, que implica un gran agotamiento mental producido por el alto estrés. Pero es algo que se puede combatir.
Miguel Navarro, un experto en productividad y hábitos que ya ha formado a más de 20.000 estudiantes, propone, en primer lugar, implementar rutinas laborales y espacios que potencien el enfoque y rendimiento. Eso significa que el espacio esté impecable, despejado y tenga elementos que promuevan la tranquilidad. “Este lugar será en el que pasaremos gran parte del día, así que la atención al detalle para que esté a nuestro gusto es fundamental”, defiende.
Minimizar las distracciones
Su segundo consejo pasa por intentar minimizar las distracciones, como el teléfono, YouTube, o las conversaciones con amigos.
“Si programamos las pausas entre actividad y actividad, será mucho más fácil concentrar los esfuerzos de trabajo en momentos específicos y aumentar la eficiencia durante esos intervalos”, expone. En cambio, trabajar sin descansos, especialmente después de unas vacaciones o del fin de semana, puede ser contraproducente y generar mucha frustración.
Mentalidad de crecimiento
En tercer lugar, Navarro considera fundamental promover una mentalidad de crecimiento y autodisciplina, algo que no se consigue de un día para otro, sino que requiere un esfuerzo continuo.
“Todo se reduce a compromiso personal”, opina. “El pensamiento positivo puede ayudar a la motivación y la responsabilidad individual, se puede conseguir haciendo ejercicio regularmente, estableciendo rutinas matinales, o definiendo objetivos a corto plazo que sean asequibles”.
Cuidar la salud física y mental
La balanza entre el trabajo y el ejercicio físico es clave para mantener la productividad y la claridad mental. “Invertir energía y pasión en el trabajo es vital para el éxito profesional, pero sin un balance saludable, puede llegar a resultar perjudicial”, recuerda.
Además, el ejercicio ayuda a la neurogénesis, lo cual mejora la claridad mental y la capacidad de resolver problemas. Lo mejor para empezar es hacerlo escalado, comenzar con dos sesiones semanales e incrementar la frecuencia con el tiempo y la resistencia.
Planificar las tareas
Por último, Navarro apunta que establecer unos hábitos laborales requiere ser consciente de las metas que se quieren alcanzar, y para ello es necesario planificar la jornada con antelación. Así, los domingos o la última media hora de cada día laboral pueden ser buenos momentos para dedicarse a la planificación.
“Es importante saber qué tareas tenemos pendientes, la importancia de las mismas y preparar el terreno para lo que pueda pasar al día siguiente o incluso durante la semana. Esto permite llevar al día las tareas más concretas y ajustarnos basados en los imprevistos del día”, expone.
Las consecuencias negativas del estrés
El estrés continuado puede tener consecuencias severas tanto en la salud física como mental de una persona. A nivel físico puede producir problemas como enfermedades cardiovasculares, trastornos digestivos, insomnio e incluso una disminución del sistema inmunológico. Mentalmente, puede conllevar trastornos como depresión, ansiedad, disminución de la capacidad de concentración y problemas de memoria.
Además, el estrés crónico puede afectar negativamente a las relaciones personales y el rendimiento laboral.