0 opiniones
Un experto desvela el “elefante en la habitación” que debería preocupar al sector de la restauración
La pérdida de poder adquisitivo de los consumidores y los problemas del mundo del delivery contrastan con la euforia del sector
La restauración en España parece vivir un momento dorado: los empresarios no dejan de abrir locales, al consumidor le interesa probar sabores nuevos y conoce (o al menos le suenan) otros nombres más allá de Dabiz Muñoz o Ferran Adria. Además, la enésima vuelta de tuerca a la cocina castiza, al concepto de hamburguesería o al de bar de vinos (“canalla” pero cool, pero en absoluto barato) es capaz de encontrar su público. Si existe gente que incluso se come una mariscada en bolsas de plástico, ¿cómo va el sector a mostrar cautela o preocupación?
Sin embargo, algunos expertos creen que hay ciertos indicios preocupantes. Vicente Montesinos, socio director de Ameba Research, ha explicado en la feria HIP (Hospitality Innovation Planet), un gran evento dedicado a la hostelería que tiene lugar estos días en Madrid, que existe un “elefante en la habitación”.
Aumento del ticket medio
En primer lugar, Montesinos ha reconocido que, a priori, parece indicar que el sector va viento en popa. La restauración en España cerró 2023 con un aumento de ventas del 9,1%, a pesar de que el ticket medio ha subido un 7,1%, dato que aumenta hasta el 11,4% si se amplía la foto y se tienen en cuenta los dos últimos años. Hoy, el ticket medio del total de la restauración (es decir, desde una pequeña cafetería a la que alguien acude a desayunar hasta la comilona de una pareja en un restaurante estrella Michelin) es de 5,55 euros.
También parece buena noticia que ahora haya más puntos de venta que hace un año. Pero los consumidores, ha alertado Montesinos, “están perdiendo renta disponible”. España es, de hecho, el país que más renta disponible cede en la OCDE.
Alertar del riesgo
El experto de Ameba Research es consciente de que, a veces, su voz puede resultar incómoda. Mientras él hacía estas declaraciones, Sacha Michaud hablaba de las bondades del delivery a apenas unos metros de distancia. Además, no es la primera vez que Montesinos alerta de un peligro inminente. Según ha reconocido, en 2008, los organizadores de una feria de alimentación a la que asistió decidieron cambiarle el título de una ponencia que iba a pronunciar en la que hablaba de “crisis”.
Ahora, el incremento de costes e inflación es sostenido, lo que se une a la subida de los tipos de interés. Los datos de Ameba Research señalan que, en los hogares de menos de 30.000 euros de renta, este impacto se puede calificar de muy importante. Consecuentemente, el consumidor se ve obligado a gastar menos. Por todo ello, los números revelan que el mercado de restauración, incluso en la restauración organizada, está desacelerando su crecimiento.
Un 2024 no tan bueno
De momento no hay grandes cismas, pero el sector ha quitado el pie del acelerador. “Vamos a esperar un 2024 apretado. Se parecerá más que a la segunda mitad que 2023 que a la primera, que tuvo un primer semestre excepcionalmente bueno”, ha vaticinado Montesinos.
El segundo “elefante” al que ha hecho referencia tiene que ver con el negocio de los envíos a domicilio. En primer lugar, Montesinos ha afirmado que “la generación X es la última que vio cocinar a sus padres de forma regular”. En este sentido, un dato llamativo es que, en Estados Unidos, el tiempo dedicado a cocinar se ha reducido de 58 minutos al día en 1980 a menos de 23 minutos en 2016. Asimismo, las nuevas viviendas en la UE tienen un 36% menos de espacio en las cocinas.
El año cierra con menos comandas
Si bien en 2023 el crecimiento de las ventas del sector delivery fue del 6,5% (y alcanzó un total de 1.830 millones de euros en ventas), si se acerca la lupa, el resultado es mucho menos prometedor: las 50 empresas más potentes del ámbito de la restauración registraron un total de 150.000 comandas menos en el último semestre de 2023 respecto al mismo periodo de un año atrás.
Además, la insatisfacción es palpable. Ameba Research realizó una encuesta que revela que el 29% de los consumidores que pide desde casa descubre que su pedido tiene algún fallo. Las incidencias más comunes tienen que ver con el tiempo de espera (32%), con pedidos que llegan incompletos o incorrectos (31%) o con que el precio del envío es demasiado elevado (24%).
Viraje hacia la compra diaria
El porcentaje restante aglutina “pequeños detalles” de cuestiones variadas que “se pueden hacer mejor”: se ha derramado una salsa, la comida venía mal empaquetada, no hay servilletas… Esta situación ha provocado que Just Eat, Glovo o Uber Eats estén modificando su modelo de negocio: “Pivota desde la comida a domicilio hacia la logística de los hogares, es decir, que te traigan la compra a casa”, ha señalado Montesinos.
Si para estos actores resulta más rentable llevar la compra a casa de un consumidor que traerle la cena, es posible que los márgenes se tengan que reajustar. “¿A qué ritmo podemos esperar a que crezca el delivery? En términos normales. Nos olvidamos del doble dígito”, ha pronosticado el experto.
Has leído este contenido de Consumidor Global elaborado por nuestro equipo de redacción y expertos. Si deseas acceder de forma libre a todos los contenidos que producimos te recomendamos suscribirte. Además, podrás recibir asesoramiento legal gratuito por formar parte de nuestra comunidad.
Desbloquear para comentar