El Consejo y el Parlamento Europeo han alcanzado un acuerdo para reducir en un 15% los residuos de envases en 2040. Además, a partir del 1 de enero de 2030 quedarán prohibidos determinados formatos de envases de plástico de un solo uso, como los envases de frutas y verduras frescas sin procesar o los envases de alimentos y bebidas que se sirven y consumen en cafeterías y restaurantes. Así, tanto la distribución como el delivery tendrán un plazo de seis años para enfrentarse a este enorme cambio.
También dejarán de ser de plástico los envases de porciones individuales (por ejemplo, de condimentos, salsas tan clásicas como el ketchup, la crema o los sobrecitos de azúcar), los envases en miniatura para productos de tocador (los botes de champú de los hoteles, por ejemplo) y los envoltorios retráctiles para maletas en los aeropuertos.
Prohibición de los PFAS
Europa también da un paso importante con la prohibición de que los envases que estén en contacto directo con los alimentos contengan “químicos permanentes”, es decir, sustancias perfluoradas y polifluoradas, conocidas como PFAS.
Las investigaciones científicas han demostrado que los PFAS aumentan el riesgo de sufrir cáncer de hígado. En concreto, un gran estudio epidemiológico llevado a cabo por la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California (USC) reveló que los sujetos en el 10% superior de exposición a los PFOS tenían 4,5 veces más probabilidades de desarrollar cáncer de hígado
Envases reciclables
A partir de dicha fecha, los envases deberán ser reciclables, aunque hay ciertas excepciones para la madera ligera, el corcho, los textiles, el caucho, la cerámica, la porcelana o la cera.
Además, no es una prohibición del todo tajante: las microempresas quedan eximidas de alcanzar esos objetivos y el acuerdo introduce la posibilidad de que los operadores económicos formen grupos de hasta cinco distribuidores finales para cumplir los objetivos de reutilización de las bebidas.
Acuerdo provisional
Con todo, se trata de un acuerdo provisional, que aún deben adoptar formalmente ambas instituciones. La idea es reducir gradualmente los envases: un 5% en 2030, un 10% en 2035 y un 15% en 2040, lo que supone recorta un 5% la ambición inicial del Parlamento Europeo. También se ha prohibido la venta de bolsas de plástico muy ligeras, de menos de 15 micras.
Los negociadores han fijado un objetivo específico para los envases reutilizables de bebidas alcohólicas y no alcohólicas –excepto leche, vino, vino aromatizado y bebidas espirituosas– para 2030 de al menos el 10%. Los Estados miembros pueden conceder una excepción de cinco años a estos requisitos bajo determinadas condiciones.
Traer los envases de casa
Por su parte, los distribuidores finales de bebidas y comida para llevar en el sector de la restauración estarán obligados a ofrecer a los consumidores la posibilidad de traer su propio envase y también se les exigiría que "se esfuercen" para ofrecer el 10% de los productos en un formato de embalaje reutilizable en 2030.
Además, los Estados miembro deben incentivar a los establecimientos para que sirvan agua del grifo de forma gratuita o a un precio muy bajo.
Recogida y reciclaje de residuos
Según las nuevas reglas, en 2029, los Estados miembro deben garantizar la recolección separada de al menos el 90% anual de botellas de plástico y envases metálicos de bebidas de un solo uso.
Para lograr ese objetivo, deben establecer sistemas de devolución de depósitos (DRS) para esos formatos de embalaje, aunque Europa se muestra más que flexible: los requisitos mínimos para DRS no se aplicarán a los sistemas que ya estaban en funcionamiento antes de la entrada en vigor del reglamento si los sistemas en cuestión alcanzan el objetivo del 90% en 2029.
Se ha añadido una exención del requisito de introducir un DRS para los Estados miembro si alcanzan una tasa de recogida selectiva superior al 80% en 2026 y si presentan un plan de implementación con una estrategia para alcanzar la recogida global del 90% objetivo.