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Esto es lo único que te darán por tus pesetas a partir de ahora

Tras finalizar el plazo para cambiar las antiguas monedas en el Banco de España, y descartado cualquier valor numismático, solo queda guardarlas de recuerdo o llevarlas al chatarrero

Teo Camino

Un billete de 10.000 pesetas, otro de 1.000 y varias monedas de la antigua moneda de España / EP

Hay más cola frente a la sucursal del Banco de España de Barcelona que el primer día de rebajas ante la puerta de El Corte Inglés. Son las 12 del mediodía y más de 300 personas esperan su turno en plena calle sin respetar la distancia de seguridad. Los primeros de la fila tienen suerte y se cobijan a la sombra. Los últimos aguantan como pueden a pleno sol. La media de edad supera la cincuentena. Algunos llevan bolsas de plástico. Otros, directamente, carritos de la compra vintage. La mayoría juguetea con el móvil, pero también hay una ávida lectora a la que cada cinco minutos riñen para que no parta la cola en dos. Los guiris hacen fotos e intentan entender lo que sucede.

“Lo llego a saber y me quedo en casa. Llevo desde las nueve de la mañana para cambiar 2.000 pesetas”, explica Dolores ya con un pie dentro de la sucursal. “¡Vamos, que ya queda menos!”, se animan unos a otros a mitad de cola. Y a medida que se acercan las dos de la tarde --hora del cierre-- la tensión va en aumento. “¡Que no te salgas de la cola!”, le grita una señora a la que parece su madre a punto de desfallecer. En ese instante, a las 13:45 horas, aparece un empleado del Banco de España y explica que los que han llegado antes de las 12 podrán entrar --tienen un papelito--, el resto no. Tal avalancha de gente se debe a que la peseta pasará a mejor vida este miércoles 30 de junio, cuando dejará de poder cambiarse por euros y perderá todo su valor, o, mejor dicho, casi todo. “Se han juntado la falta de previsión de la gente y la mala gestión del Banco de España”, opina Laura, la última de la fila, que no ha llegado a tiempo para hacer el canje, y añade: “Ahora sí que no tengo la menor idea de lo que haré con ellas”.

La cola interminable frente a la sucursal de Barcelona del Banco de España para cambiar pesetas por euros / CG

¿Qué hacer con las antiguas pesetas?

Una vez finalizados los 19 años que han tenido los españoles para cambiar la antigua moneda por euros en cualquiera de las 15 sucursales que tiene el Banco de España repartidas por el territorio, las opciones de sacarles algún rendimiento se reducen. “Las pesetas ya no valen nada. Son de materiales compuestos --bronce y aluminio o cuproníquel-- y en la mayoría de numismáticas no las quieren”, explican desde Numismática Universal.

“Nosotros hace ya dos semanas que no las cogemos ni a peso. Tengo el teléfono que me saca humo”, expone Fran Peiró, propietario de la Numismática Peiró de la calle Diputación de Barcelona, a Consumidor Global, quien explica que como mucho compran billetes de 5.000 o 10.000 pesetas que estén en perfecto estado por dos o tres euros. Las monedas de 2.000 pesetas las compran al precio que esté la plata. “El resto nada. Para jugar al supermercado los niños o para que los mayores las utilicen como fichas de casino o para el póker. No valen nada”, sentencia. “Nosotros sólo aceptamos monedas anteriores a 1900. El resto es mejor llevarlas al chatarrero”, apuntan desde la Numismática Filatelia Monge. Todos los expertos coinciden en que “la antigua moneda que no se ha podido cambiar en el Banco de España es chatarra, por lo que mejor llevarlas al chatarrero o quedárselas como recuerdo”.

¿A cuánto va el kilo de pesetas?

Lo cierto es que un kilo de pesetas vale lo mismo que un kilo de nectarinas o de melocotones amarillos en el supermercado: alrededor de 3 euros. En la Chatarrería de Alcorcón las pagan “como si fuera latón a 3,10 euros”. Un precio muy similar al de la Chatarrería Barcelona de la calle Navarra y al de la chatarrería Ferralles Britz de L’Hospitalet de Llobregat, donde se pagan a 3,10 y 3 euros el kilo, respectivamente. Al final, casi todo lo que cae en desuso termina en el mismo lugar.

Así pues, si se quieren llevar las monedas acuñadas entre 1989 y 2001 --las que cambiaba el Banco de España hasta hoy-- al chatarrero, hay que tener en cuenta que se necesitan 334 monedas de 5 pesetas para alcanzar el kilo de peso (a 3 gramos cada una). Es decir, las 1.670 pesetas, unos 10 euros, se pagarían a 3 euros. Si hablamos de las de 500 pesetas, se necesitan menos --84 unidades para alcanzar el kilogramo (12 gramos cada moneda)--, pero el cambio sale todavía peor: se entregan 42.000 pesetas (252 euros) al chatarrero y se reciben 3 euros de vuelta. Tal y como se aprecia en la tabla a continuación, acercarse a la chatarrería para hacer el canje no sale, por decirlo de alguna manera, muy rentable.

La prórroga se ha acabado

Ángeles, una señora de mediana edad que muestra orgullosa sus monedas de 500 pesetas guardadas en un frasco de supositorios Vilardell frente al Banco de España, se queja de que “no lo anunciaron lo suficiente”, en referencia al periodo de canje, y cree que “deberían alargarlo por lo menos 15 días más” para toda la gente que se ha quedado sin poder cambiar sus antiguas pesetas. Sin embargo, esta posibilidad parece descartada.

“El periodo inicial de canje concluía el 31 de diciembre pasado, pero la restricción de movimiento por la pandemia obligó a prorrogarlo hasta el 30 de junio de 2021, y no se va a volver a prorrogar”, exponen desde el departamento de comunicación del Banco de España a Consumidor Global.

El inicio de la cola frente a la sucursal del Banco de España en Barcelona para cambiar pesetas / CG

El fin de una época

“Las guardas como recuerdo, pero mis hijos no las quieren para nada, por eso las cambio y me regalo una cena”, explica Nuria, que ha viajado en tren desde Sant Celoni hasta Barcelona para canjear algo más de 4.000 pesetas (unos 24 euros) en la sucursal del Banco de España y hacer cuatro horas de cola. “Es más el peso que quiero quitarme de encima que el valor real. Era para dar portazo al pasado”, se lamenta Laura.

Según el último informe del Banco de España, los españoles y los extranjeros que pasaron por nuestro país y se marcharon todavía conservan 1.500 millones de euros en pesetas. Una cifra que, después de las colas de los últimos días, se habrá reducido, aunque siempre quedarán coleccionistas, despistados y otros románticos.