Madrid es conocida por su bullicio, movimiento e historia. Sin embargo, porcos saben que a unos pocos kilómetros de la ciudad se encuentra un lugar tranquilo y pintoresco que ofrece la escapada perfecta de fin de semana.
Se trata de Somosierra, el pueblo más alto de la Comunidad de Madrid, una joya escondida que invita a desconectar de la rutina, disfrutar de la naturaleza y explorar su rica herencia histórica.
A 1.440 metros de altitud
Situado en el extremo norte de la Comunidad de Madrid a 92 kilómetros y con un término municipal de 20,4 kilómetros cuadrados, deslinda con las provincias de Segovia y Guadalajara por el norte y este respectivamente. El oeste y el sur lo comparte con Robregordo y el sureste con Montejo de la Sierra.
Somosierra es el municipio más alto y el más septentrional de la Comunidad de Madrid, se ubica en la cima del puerto a 1440 metros de altitud en un estrecho collado entre los cerros de Las Hazas y Las Hoyas a los pies del imponente macizo de la Cebollera Vieja o pico de Tres Provincias con 2.129 metros.
Paso natural entre las dos Castillas
Su término municipal divide las dos grandes cuencas fluviales castellanas, asentando su mitad sur en la Cuenca Hidrográfica del Tajo y su mitad norte en la del Duero y constituye el paso natural entre las dos Castillas.
Su vida se ha desarrollado principalmente gracias al comercio y los servicios que han ofrecido a los viajeros que cruzaban este paso de montaña, además de la agricultura y en mayor medida, la ganadería, que han sido tradicionalmente las actividades económicas más importantes y aunque actualmente se siguen realizando, el turismo se ha convertido en la principal fuente económica.
Espectacular entorno natural
Está enclavado en un entorno natural espectacular, con características de alta montaña con vegetación de prados y plantas de poco fuste que se alternan con masas de arbolado.
Un espacio único donde poder disfrutar de la naturaleza, con gran variedad de actividades para poder realizar al aire libre, como senderismo, rutas en MTB por pistas rurales, rutas en burro, práctica del parapente y el ala delta hacia la vertiente segoviana, así como otro tipo de actividades como la micología.