España tiene 9,3 millones de perros. Una cifra que asciende a los 15,2 millones si se suman los 5,9 millones de gatos contabilizados en nuestro país como animales de compañía.
Estos números superan con creces a los registrados sobre la población menor de 18 años, que se queda en los 8,2 millones de personas, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2022. Es evidente que los españoles prefieren las mascotas a los niños, pero ¿por qué?
Los datos
No es fácil calcular cuánto puede costar el mantenimiento de una mascota y de un hijo. Lo que sí está claro es que el menor siempre termina siendo más caro que un perro o un gato. La Real Sociedad Canina de España (RSCE) estima que un perro cuesta alrededor de 105 euros al mes, unos 1.200 euros al año.
En el caso de los gatos, las cifras cambian. Mientras los caninos superan de media los mil euros al año, los felinos juegan con un parámetro mucho más amplio. Al año pueden costar entre 345 y 1420 euros, según los datos de la red de cuidados Rover. Todo depende del dinero que se destina a comida, arena, juguetes y revisión anual en el veterinario.
Cuánto cuesta tener un hijo
La manutención de cualquier menor de entre 0 y 3 años supera con creces la de gatos y perros. En los tres primeros años de vida, se estima un gasto que oscila alrededor de los 40.000 euros, según varios estudios. Lo que supone un gasto anual en torno a los 13.000-14.000 euros que, a su vez, implica un coste mensual de unos 1.100 euros. Las cifras van cambiando a medida que el menor crece. Si se incluye un seguro médico, por ejemplo, hay que sumar unos 60 euros mensuales.
En el caso de optar por un colegio privado, estos pueden llegar a costar en España hasta 1.500 euros. El material escolar y la ropa rozan los 300 euros anuales. Las actividades extraescolares suman otros 60 euros mensuales, tal y como recoge el banco N26. Además, a partir de los seis años hay que incluir el ocio: cine, salir a cenar, fiestas de cumpleaños… ¿El resultado? Criar un hijo hasta que se independiza supone un coste en torno a los 300.000 euros, según el banco Raisin.
La dependencia económica
Está claro que el nivel de ingresos de una pareja influye en la decisión de tener hijos o no. Lo explica a Consumidor Global Jordi Isidro, director del centro psicológico Cedipte. Pero hay otro gran temor: la dependencia económica. "Puede generar niveles elevados de ansiedad y estrés", argumenta a este medio Andrea Trujillo, psicóloga de BluaU Sanitas.
Carles Perea, profesor de psicología en la Universidad Carlemany, pone el foco en las nuevas estructuras familiares donde destacan los sistemas monoparentales o los que incorporan a las mascotas. En cualquier caso, el experto deja claro que un animal nunca suple la figura de un hijo.
El miedo a la responsabilidad
El concepto de la paternidad o maternidad ha evolucionado con el tiempo. "Sabemos que ser padres no es solo poner un plato en la mesa, sino algo mucho más complejo", recalca Jordi Isidro. "Esto genera presión y mucha responsabilidad, algo que muchos jóvenes no quieren asumir o les aterra", argumenta el director de Cedipte.
Para el profesor Carles Perea, la responsabilidad va acorde con esta sociedad basada en la inmediatez. Está claro que la responsabilidad con el animal es mucho más finita que la del hijo. En cambio, para Andrea Trujillo la preferencia por tener una mascota no implica necesariamente pereza frente a las responsabilidades de la crianza humana.
Cuánto más barato es criar a una persona
Un hijo y una mascota consiguen liberar los mismos niveles de oxitocina y serotonina en el cerebro humano, según Carles Perea. Si conseguimos el mismo efecto de felicidad por menos dinero, está claro que el número de perros seguirá creciendo frente al de los menores. Una tendencia al alza donde queda claro que tener una mascota es bastante más barato que un hijo. Pero, ¿cuánto?
Si un perro vive 15 años, el gasto total habrá sido en torno a los 18.000 euros (1.200 por año). En el caso del gato, si se coge el coste anual más elevado (1.420 euros al año), el coste total se queda en 21.300 euros. Tanto canes como felinos acumulan cifras muy inferiores a los 300.000 euros que cuesta mantener a un hijo hasta su independencia. Ahora bien, tal y como subraya Carles Perea, la figura animal nunca puede sustituir a la de los hijos.