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España va tarde y mal en la inclusión de nuevos medicamentos y terapias

El tiempo medio de aprobación de fármacos en la administración española es de 453 días, un retraso que ha crecido respecto a años anteriores

Consumidor Global

Varios medicamentos / PEXELS

Un 46 % de los nuevos medicamentos que aprueba la Agencia Europea del Medicamento (AEM) no están incluidos en la financiación pública española. Es decir, el acceso de los pacientes nacionales a estos fármacos, aunque está en la media europea, es inferior al de los grandes países de la Unión Europea (UE), según un informe de la consultora IQVIA y que ha publicado la patronal farmacéutica europea (Efpia).

La diferencia entre España y el resto de los grandes países europeos es notable. Entre 2016 y 2019 la AEM aprobó 152 tratamientos. Alemania financió 133, Italia 114 y España sólo 84, una cifra similar a la de países como Grecia y Portugal. Además, esta falta de nuevos tratamientos se suma a otro gran problema que existe en España: el retraso entre que Europa da el visto bueno a un medicamento y éste llega al mercado español. 

Tarde y mal

Desde que Bruselas da el visto bueno a un medicamento hasta que los hospitales españoles (o las farmacias) lo reciben y recetan o venden pasan 453 días --un año y tres meses--. La explicación de estos retrasos y la falta de aprobaciones en España se debe a muchos factores, pero el coste del producto es la razón que más se repite. "Criterios de racionalización del gasto público e impacto presupuestario del Sistema Nacional de Salud" o "existencia de medicamentos u otras alternativas terapéuticas para las mismas afecciones a menor precio o inferior coste de tratamiento", explica la Comisión Interministerial de Precios del Gobierno. 

Otro factor que agrava este atraso es el sistema de autonomías. La autoridad en política farmacéutica es el Ministerio de Sanidad. Sin embargo, no todo lo que aprueba esta cartera llega a todas las comunidades por igual. La razón es la existencia de comisiones farmacológicas territoriales que vuelven a someter el nuevo medicamento a un examen. Así, después de la regulación europea, en España hay otra autonómica, un sistema que perpetúa aún más el retraso de los nuevos medicamentos