La falta de semiconductores o chips se ha convertido en toda una pesadilla para el mundo tecnológico. Según varios expertos, esta situación ha sido provocada, en parte, por el coronavirus y la guerra tecnológica entre Estados Unidos y China. Sin embargo, y pesar del escaso stock, la industria ve poco probable que esta situación comporte un incremento de precios de estos componentes y de algunos dispositivos.
Aunque, si esta tendencia se alarga es probable que los fabricantes den prioridad a los smartphones premium o de gama alta, que son más rentables que los modelos low cost. Norberto Mateo, el director general de Intel en España y Portugal, avala la teoría del mantenimiento de precios, pero considera que "se van a priorizar los modelos que tengan mayores características" y por consiguiente los chips que estén disponibles acabarán en estos terminales.
Solución a largo plazo
El riesgo de esta situación es elevado y todos los fabricantes de móviles están pendientes de ello. De hecho, esta crisis ha sido bautizada como chipageddon. En este sentido, Samsung ya alertó hace unos días de que esta escasez de chips puede afectar a la creación de algunas gamas de sus teléfonos móviles y Xiaomi asegura que le está provocando un aumento de costes.
No obstante, algunos fabricantes y expertos, como Eduard Martín, director de 5G de Mobile World Capital Barcelona, aseguran que este desajuste se va a equilibrar pronto. Pero hay informes que apuntan hacia otra dirección y algunos analistas aseguran que la problemática no se solucionará hasta 2022. Sea como fuere, Federico Ruiz, responsable del Observatorio Nacional 5G, descarta que la problemática con los microprocesadores vaya a afectar a la disponibilidad de terminales y al desarrollo de las redes de quinta generación.