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Así es el vagón histórico convertido en un restaurante caro que recomienda la Guía Michelin
El Vagón de Beni, a menos de una hora de Madrid, cuenta con dos coches restaurados de principios del siglo XX que sirven de escenario ideal para una cena romántica o una celebración especial
La comida de la carta es un detalle imprescindible a la hora de seleccionar un restaurante para comer, pero, últimamente, también hay otros factores que pueden terminar de atraer a los comensales como es el espacio en el que se encuentra ese establecimiento. El Vagón de Beni es uno de esos restaurantes que destaca por su decoración y entorno porque literalmente se encuentra en un tren.
A menos de una hora de Madrid, en el municipio de Hoyo de Manzanares y en plena Sierra de Guadarrama, se ubica este peculiar establecimiento sobre raíles lleno de historia, nostalgia y mucha gastronomía.
La unión de dos pasiones
El origen de este restaurante viene de la unión de dos pasiones: la hostelería y todo lo relacionado con los ferrocarriles. Así, fue en 1987 cuando Benito Celestino, propietario del restaurante, tuvo la idea de reformar un antiguo vagón de tren para rememorar los antiguos coches-restaurantes Wagon Lits en donde la comida, el placer de viajar y el lujo se mezclaban.
En 1989 Celestino adquirió el primer vagón de tren, “El Vagón Grande”. Se trata de un coche de madera de 1931 que compró en los desguaces de Renfe. En 1994 comenzó la andadura del restaurante, con muy pocos kilómetros recorridos, pero miles de experiencias guardadas entre dos vagones. Gustavo Pego es jefe de cocina de El Vagón de Beni. “Ambos coches mantienen la esencia con la que fueron construidos. Casi todos los elementos son originales y solo se restauran las cosas que por el uso se van desgastando”, cuenta.
Restaurante de lujo sobre raíles
El otro coche con el que cuenta el restaurante es el Vagón Alfonso XIII. Con él se pretende transportar al cliente a 1895 para viajar en el mismo tren en el que en su día lo hizo el monarca. Su último recorrido fue en el antiguo carrilet entre Olot y Girona y en su origen contaba con unos cómodos sofás y mesitas de té. Un auténtico restaurante de lujo sobre raíles.
Sobre este coche en concreto, El Vagón de Beni ofrece la posibilidad de reservarlo entero para dos personas y tener así una cena romántica. Eso sí, el menú no es nada barato. 155 euros por persona de martes a viernes, 170 euros el sábado noche y 220 euros sábado y domingo a mediodía. El precio incluye cuatro aperitivos, cinco platos (tres entradas, pescado y carne) y dos postres, además de una botella de vino.
El espacio, la principal dificultad
Gustavo Pego reconoce que existen dificultades a la hora de operar un restaurante en el interior de un vagón. “Para nosotros la principal dificultad a la hora de trabajar es el espacio. Las dimensiones son las que son y tenemos que buscar un equilibrio, a veces complicado entre el número de comensales que podemos acoger y su comodidad dentro del restaurante. Por lo demás, no se diferencia en nada de el trabajo en otro restaurante normal”.
Junto a los trenes, El Vagón de Beni dispone de otros dos espacios más, también inspirados en el mundo del ferrocarril. La Chimenea es un salón de té inglés decorado con piezas de maquetas de trenes Marklin, de importante valor para los coleccionistas y aficionados a maquetas de miniatura de ferrocarril.
Cuatro espacios en total
Para el buen tiempo está el Apeadero, una terraza ubicada en el propio apeadero de la estación, desde donde se pueden disfrutar de preciosas vistas de los dos vagones, espaciosa y con un pequeño jardín que refresca en los calurosos días de verano.
El Vagón de Beni cuenta con una recomendación en la Guía Michelin que habla del encanto del lugar y de su tipo de cocina. “Evocador conjunto, a modo de pequeña estación, dotado con dos antiguos vagones de tren restaurados. Ofrece una coqueta terraza sobre el andén y una cocina actual elaborada”.
Precios de 35 a 220 euros
En cuanto a precios existe un menú ejecutivo que incluye entrante, segundo, postre, café y una consumición por 35 euros. Si se quiere probar más de la cocina de Benito, hay un menú gastronómico que incluye aperitivo, cuatro platos y postre por 45 euros por persona. Por último, también hay un menú degustación con dos aperitivos, cinco platos y dos postres por 60 euros sin incluir la bebida. “Consideramos que el precio está adaptado tanto a las características del restaurante como a los productos que trabajamos, aunque en estos tiempos nos suponga un gran esfuerzo mantener los precios en unos márgenes razonables”, opina Gustavo Pego.
El jefe de cocina cuenta que se quedan con “la cara de sorpresa” que se genera en los clientes la primera vez que entran en el recinto del Vagón. “Ven como hemos recreado una estación de tren antigua en el centro de un pueblo. Subir a bordo de un coche de madera de 1931 en cierto modo les supone un pequeño viaje en el tiempo”, cuenta Pego. “Siempre hemos querido que una de las máximas del restaurante sea que la primera vez que vienes lo hagas por el vagón, las siguientes por todo lo demás”, concluye.
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