0 opiniones
Así es el primer restaurante de Carlos Ríos: comida rápida 'homemade' a precio de oro
El nutricionista e 'influencer' estrena Realfooding to Eat, un establecimiento que abre sus puertas en Barcelona para ofrecer un menú saludable aunque no barato
Escondido y desapercibido. Así podría definirse el lugar en el que Carlos Ríos va a abrir su primer restaurante, bautizado como Realfooding to Eat. Un establecimiento que se ubica en el centro comercial Westfield Glòries de Barcelona. A esta apertura se le suma el food truck fijo que se ha instalado en Westfield Maquinista, otro conocido centro de ocio barcelonés.
La apertura al público se hará, oficialmente, este viernes 6 de octubre. Basta con echar un simple vistazo al local de Glòries para identificar el estilo: minimalista y frío. La decoración juega con tonos claros, madera y plantas verdes que decoran algunas paredes. Mesas y sillas altas en colores crudos rellenan un espacio iluminado por luces blancas y poco hogareñas. El mensaje está claro: comida rápida y take away donde no hay lugar para las sobremesas.
Simple pero correcto
Pocos (o ninguno) son los curiosos que se acercan por allí. Unos globos grandes y de color verde se encuentran en las dos entradas que tiene el local. Está situado en la planta inferior del centro comercial de Glòries. Antes de llegar a él, el consumidor pasa por otros restaurantes que tienen nombre propio: McDonald’s y Burger King son buena prueba de ello.
Comienza la cata de algunos platos y, ciertamente, Realfooding to Eat no decepciona. Simplones pero correctos. El menú a degustar está compuesto por un hummus con zanahoria y calabacín, guacamole con nachos hechos de legumbres, fingers de pollo, pollo al curry, burrito de salmón y postre de cacao con nata y galletas. Según defiende Carlos Ríos, todo es comida saludable para aquellos que les gusta comer saludable.
Comida de casa pero cara
La comida recuerda a la que uno mismo puede prepararse en casa. La única diferencia es que el cliente la paga a precio de oro. Por ejemplo, el burrito de salmón que ha probado este medio es en frío. Para su elaboración solo se necesita una tortita integral, salmón, lechuga, manzana, granada y alguna salsa decente que haya por casa. Los fingers de pollo tienen un punto perfecto de crujiente. Combinan bien con el rebozado de cereales que envuelve al pollo y la salsa que le acompaña.
Tanto el hummus como el guacamole no parecen, ni de lejos, hechos de forma artesanal. De hecho, en sabor nada tienen que envidiarle a los comercializados por otras marcas que apuestan por productos similares ultraprocesados. Ninguna de las recetas sorprende el paladar del consumidor pero sí a su cartera. Todos los platos principales cuestan entre 9,95 y 11,95 euros.
Poca oferta de bebida
En general, la carta de comida es amplia pero poco original. Mucha lechuga, hamburguesa sana y tortas de burritos para meter carne o pescado en su interior. Unas elaboraciones que vienen acompañadas por una pésima carta de bebidas. Solo hay agua (1,95 euros), kombucha (3,95 euros) o cerveza con alcohol o 0,0 (2,50 euros). Ni rastro de un batido de fruta natural, por ejemplo.
La variedad de postres también brilla por su ausencia. Solo hay dos posibilidades: o bien un flan de mango o una crema de cacao con nata y cookies Realfooding. Ambos cuestan 5,95 euros. El cliente, de media, no comerá en el restaurante de Carlos Ríos por menos de 15 euros. El influencer apuesta por una comida saludable, sí eso es cierto. Comer bien y sano es fundamental, también es cierto. Pero, mientras lo healthy no deje de ser igual o más caro que la comida basura y poco original, restaurantes como Realfooding to Eat lo tendrán difícil para consolidarse.
Desbloquear para comentar