El envase H&S ahora contiene menos champú y vale lo mismo: "Muchos no se dan cuenta"

José Basagoiti, acostumbrado a seguir a la orden del día todo lo que ocurre en el ámbito de la economía, recibió un mensaje de WhastApp de su primo una mañana. Este allegado reside en Canadá y, como cada semana, acudió a uno de los supermercados Costco para hacer la compra. En la lista se leía “Champú H&S”. Fue al pasillo correspondiente y lo encontró.

Basagoiti cuenta a Consumidor Global que cuando su primo llegó a su domicilio, se dispuso a colocar la nuevas adquisiciones en su lugar. En el baño, sin embargo, aún estaba el viejo champú de la misma marca, así que situó el nuevo a su lado. Fue en ese momento cuando reparó que no tenían la misma cantidad. El más antiguo, 700 mililitros; el más reciente, 613 mililitros.  

La inflación “invisible”

La foto sobre el hallazgo llegó hasta Basagoiti, quién no dudó en compartirla a través de las redes sociales, donde los usuarios han aprovechado para abrir un debate al respecto. “Esta es la inflación que no sale en los índices”, apunta el protagonista. “La imagen es de Canadá, pero en España también se está dando la reduflación en mil productos: aceite, yogures, chocolates, productos de limpieza…”, hace hincapié. 

¿Reduflación? En relación a este concepto, el profesor de Economía de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Cristian Castillo explica que, en términos coloquiales, “es una inflación invisible porque lo que se hace es mantener el mismo precio del producto reduciendo la cantidad a la que está acostumbrado a consumir el usuario”. 

¿Por qué?

“Incluso, pueden rebajar levemente el precio --hablamos de céntimos–, pero en ningún caso suele ser proporcional a la cantidad de producto que se ha reducido”, apunta Castillo. “A las empresas productoras les ayuda a reducir costes y aumentar beneficios. Si venden al mismo precio un producto con menos cantidad, pues la relación coste-beneficio sale positiva para los fabricantes”, subraya. 

Para Gabriel Rodríguez, cofundador de Sin comisiones, la reduflación no es más que “una técnica que engaña” a los consumidores reduciendo el contenido de producto en los envases. “Muchos consumidores consideran esto una práctica engañosa y abusiva puesto que el cliente no se fija en los gramos de producto sino en el tamaño de la presentación, y es una forma encubierta de aumentar el precio”, critica.

¿Es legal?

En cuanto a su legalidad, tal y como recalcan los expertos consultados por Consumidor Global, se trata de una práctica que no acomete ningún tipo de estafa o delito. La información es correcta y clara. “Otra cosa es la deslealtad al consumidor, puesto que en escenarios de inflación, las marcas mantienen su beneficio perjudicando la economía doméstica del consumidor”, comenta Paco Lorente, consultor y profesor de marketing.

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Isabel Martínez

“Las marcas juegan con los mensajes gráficos de los envases para pasar desapercibido la contracción de cantidad. Es decir, o el consumidor se fija bien, lee, o no se entera”, señala Lorente. “La reduflación puede ser interesante a corto plazo para la marca, pero si el consumidor se da cuenta de ello puede verse penalizada a futuro. Más todavía si se hace eco en redes sociales donde la queja y la manifestación se puede hacer muy viral”, concluye. Este medio se ha puesto en contacto con Procter & Gamble (P&G), la empresa a la que pertenece la marca H&S, para conocer su posición respecto al cambio de cantidad de sus champús, pero al término de este reportaje no ha obtenido respuesta.