Fueron miles y miles de usuarios los que se quedaron el pasado mes de diciembre sin entradas para ver a Karol G. La cantante colombiana actuará en Madrid el 20, 21 y 22 de julio de 2024. Concretamente, en el renovado estadio Santiago Bernabéu.
Solo unos privilegiados consiguieron su ticket en los canales oficiales de venta (livenation.es, Ticketmaster y El Corte Inglés). Después, llegó el turno de la reventa donde las redes sociales se llenaron de ofertas con cifras disparadas.
Precios originales vs precios de reventa
Los precios originales para ver a la Bichota iban desde los 58 euros hasta los 420 para los paquetes VIP. En el caso de pista, los costes se quedaban en 115 euros para la delantera y 85 euros para la trasera.
Pero estas cifras se multiplicaron casi cinco veces cuando entró en juego la reventa. "Vendo 2 entradas de Karol G en pista A a 400 euros cada una, yo las compre a 130", anuncia un internauta en X.
Entradas triplicadas
"Por supuesto ya tenéis MILES de entradas de Karol G en Stubhub al triple de su precio original", expresaba otro usuario en la antigua Twitter.
"Te da disponibilidad en algunas zonas pero solo con el precio Platinum. Esta entrada vale 96,50€ y la cobran a 328,50€. @TicketmasterES sois unos SINVERGÜENZAS", se queja otra internauta.
Misión imposible
Si regular la reventa en plataformas es un reto, hacerlo en redes sociales es misión imposible. Eduardo Irastorza explica a Consumidor Global el peligro de esta práctica en la red, donde los timos están asegurados.
"Una cosa es vender tu entradas en redes pero otra es descubrir 100 tickets vendidos a través de personalidades falsas", advierte el profesor de OBS Business School en declaraciones a Consumidor Global. También es frecuente revender la misma entrada varias veces para sacar tajada. "Eso es una estafa en toda regla", concluye el experto.
Una jungla sin ley
Cuando la reventa de entradas viene acompañada de una estafa, Irastorza explica que la solución es denunciar. Ahora bien, esto solo funciona en las plataformas oficiales. Si el timo sucede en alguna red social, poco se puede hacer.
"Puedes denunciar al usuario pero no a la red social porque esta es solo un canal", explica el experto. Eso sí, el acto delictivo no es baladí para la plataforma en cuestión. "Hacen un daño muy fuerte a la credibilidad", advierte el profesor de OBS.
Una buena tajada
Hay que tener en cuenta que es imposible regular los precios cuando la reventa comienza. En el caso de Karol G, las entradas han estado tan demandas que los precios se han disparado todo lo que han querido y más. Sin embargo, en los portales webs oficiales sí hay más margen de control de costes.
"El comprador paga un 5% más del precio de venta, con lo cual al final la plataforma suele ganar un 10% un 8% o un 7% pero nunca mucho más de esa proporción respecto al 100% de la venta", expone Irastorza. Sin embargo, casos como el de la Bichota demuestran que las cifras finales se duplican también en estas plataformas.
Multas
Si los márgenes de beneficios no se respetan, la multa está asegurada. "Hay acuerdos no solamente nacionales sino internacionales para regular todo este sistema de compra-venta", explica Irastorza. En el caso español, el experto subraya que las sanciones van desde los 300 euros hasta los 30.000 euros.
Unas penalizaciones que no frenan a los revendedores. Por su parte, los compradores corren un riesgo alto de toparse con una entrada inútil. "Si vas a Berlín a un concierto de Taylor Swift, hay que hacer un desplazamiento hasta ahí junto con el hospedaje, la alimentación… el daño que te hacen es catastrófico", expresa el experto.
Medidas preventivas
Controlar la reventa es complicado pero no imposible. Los portales oficiales de venta de entradas nacen para evitar la reventa. Irastorza subraya las entradas nominativas. Un tipo de boleto que solo puede usar el internauta registrado y de nada sirve venderlo a terceras personas.
"Realmente lo más útil es que los propios cantantes generen su propia plataforma de venta de entradas práctica y transparente. Se puede llegar a acuerdos con una exclusiva o con una serie limitada", sostiene Irastorza. En cualquier caso, tratar de poner límites a la reventa en redes sociales es como intentar poner vallas al campo. Y para muestra, un botón. Karol G ha hecho sold out pero con una reventa que recuerda a una subasta: ¿quién da más?.