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Lo sentimos: no existen los eco-hoteles españoles, aunque te los vendan así

Estos establecimientos se escudan en que son más sostenibles que los tradicionales para subir el precio por noche

Núria Messeguer

Uno de los eco-hoteles de España / MAS SALGROS

El término ecológico ha perdido un poco su sentido y lo vemos ya hasta en la sopa. A día de hoy, hay todo tipo de productos y servicios “eco”. De hecho,  también ha llegado al turismo, con los denominados eco-hoteles. La forma en la que se viaja afecta al planeta y la industria hotelera puede poner su granito de arena para cuidar más el medioambiente, pero ¿a qué precio?

En los últimos años, ha habido un boom de los llamados alojamientos sostenibles. No obstante, algunas voces alertan de que este eslogan no es más que un reclamo para vender más. Pero, ¿existen en realidad los eco-hoteles en España? ¿Cuáles son los requisitos que tienen que cumplir para llamarse así? 

Alguien abre la puerta de un hotel / PEXELS

¿Qué es un eco-hotel?

El término eco-hotel es tan amplio como hoteles hay. Aunque la RAE arroja luz sobre el tema. Defiende que “es el turismo con el que se pretende hacer compatibles el disfrute de la naturaleza y el respeto al equilibrio del medioambiente". La Sociedad Internacional de Ecoturismo, además, añade el plus de impactar positivamente en la economía de la población local. 

Otros portales del sector sugieren que los eco-hoteles deben presentar una arquitectura respetuosa con su entorno y emplear sistemas de energía renovable. También, en su interior, estos establecimientos tienen que ser ecológicos. El mobiliario, la ropa de cama y los jabones deben ser orgánicos. 

Booking pincha con sus eco-hoteles

Si se busca eco-hoteles en Google aparecen varios portales de reservas con cientos de opciones. Uno es Booking. De todas las opciones que ofrece, pocas bajan de los 150 euros la pernoctación. Un ejemplo es el Hotel 1800 Casa Granada en el que una noche cuesta 280 euros. “No tenemos placas solares y dudo que se emplee algodón orgánico para las sábanas o toallas”, explica una de sus empleadas. ¿Y por qué empleáis el concepto eco-hotel?, se le pregunta. “No tengo ni idea”, contesta. 

Otro de los establecimientos que aparece en este portal online es Only You Hotel Madrid. “El cliente no viene porque sea un eco-hotel, sino porque quiere una experiencia”, explica la recepcionista, que tampoco tiene muy claro si el suyo es sostenible o no. Otro caso de estudio es la cadena hotelera Eco Hoteles que se llama así por otras razones. “Muchos nos lo preguntan, no tenemos hoteles sostenibles, es el nombre que le pusieron a la cadena ya hace mucho tiempo y no lo hemos cambiado”, añaden. 

El patio de Hotel Casa 1800 Granada / BOOKING HOTEL CASA 1800 GRANADA 

El ‘greenwashing’ de la hostelería

“En España no existen los eco-hoteles”, asevera Arturo Crosby, experto y profesor en el postgrado de Gestión e Innovación de Destinos Turísticos por la Universidad Complutense de Madrid. A su juicio, la mayoría de los que existen en España lo hacen para atraer a más consumidores. “Lo sostenible está de moda y vende, así que muchos emplean esta etiqueta a modo de greenwasing”. El greenwashing es una práctica de marketing destinada a crear una imagen ilusoria de responsabilidad ecológica. Muchas organizaciones de defensa medioambiental emplean este término para denunciar a las empresas que se fingen preocuparse por el medioambiente.

Y aunque la mayoría de los encontrados no son auténticos eco-hoteles, hay algunos que se salvan. Es el caso de Mas Salgros, situado a 20 minutos de Barcelona. Esta masía reacondicionada es una casa 100 % ecológica. Aprovechan el agua de la lluvia, incorporan un sistema fotovoltaico para dotar de energía el hotel y hasta tienen una estación para cargar los coches eléctricos. También ofrecen comida orgánica de su propio huerto y compostan hasta la basura generada. “Nos lo tomamos en serio, para nosotros no es una etiqueta y ya está, sino una forma de vida”, explica uno de sus trabajadores.

Casa Tarsan Vegan Eco Lodge / CASA TARSAN 

Muchas etiquetas y poco fondo 

A juicio de Crosby, el problema de los falsos eco-hoteles recae en que “no hay una regulación conjunta, hay varios certificados y las empresas pagan por ellos”. Y al no tener ningún tipo de normativa “no hay un control que exija el cumplimiento de un mínimo de parámetros”, asevera este experto.

Otro de los puntos que destaca Crosby es el precio de estos establecimientos. “Entiendo que sean más caros, pero como mucho pueden ser un 10 % más. En España aún no existe un consumidor tan concienciado con el medioambiente y dispuesto a pagar lo que piden la mayoría de estos establecimientos, y más en los tiempos que corren”, añade.