La icónica vajilla Duralex, famosa por su resistencia, se ha convertido en una víctima más de la escalada de precios. Los actuales costes de la energía han provocado el cierre de su única planta de producción, situada en Orleans (Francia). Según han anunciado los responsables de la marca de cristalería francesa, el cierre se prolongará durante cuatro meses, y se hace para proteger su frágil situación financiera.
Este cierre es el último capítulo de una historia reciente llena de obstáculos. En septiembre de 2020, la empresa entró en suspensión de pagos, lo que hizo temer su desaparición. Sin embargo, Duralex se salvó gracias a que el grupo galo International Cookwarepor la compró por 3,55 millones de euros en enero de 2021.
Unos precios de la energía que resultan “inviables”
En declaraciones a Catalunya Ràdio, el presidente de la marca, José Luís Llacuna, ha explicado que, en condiciones normales, “los precios en el modelo energético de la fabricación de vidrio podían representar entre un 5-7 % de los costes energéticos de la facturación", pero ahora están en un 46 %, lo que resulta “inviable”. El cierre provocará que 250 trabajadores vayan al paro, aunque cobrarán el 95 % de su sueldo
Llacuna ha alertado sobre las consecuencias de un posible cierre de las industrias productivas europeas. Así, este parón en la producción podría suponer el epílogo de una marca icónica que nació en 1945, fundada por una empresa de coches.