Hacer un viaje sorpresa suena a planazo. Pero la realidad suele ser muy distinta. Las ganas de experimentar cosas nuevas es lo que motiva a muchas personas a salir de su zona de confort.
Compañías como Drumwit se dedican organizar viajes sorpresas. Escapadas donde las expectativas del consumidor juegan un papel fundamental. El gancho no es otro que el factor sorpresa junto a un atractivo precio por persona.
El cobro de extras
Cuando un usuario entra en la web de Drumwit, lo primero que se topa son imágenes de destinos idílicos y gente muy sonriente. Una imagen que contrasta directamente con las opiniones de algunos internautas. La empresa organiza escapadas desde 150 euros por persona.
El cliente debe elegir el aeropuerto de salida, las fechas en las que desea viajar y si quiere una escapada en España o por Europa. A partir de ahí, comienza el cobro de extras. 50 euros más por un pack deluxe y cinco euros por cada destino descartado, por ejemplo.
"Son muy rácanos"
Jorge R. y Natalia I. son dos usuarios que tras pagar 560 y 450 euros, respectivamente, han quedado muy descontentos con Drumwit.
"450 euros por dos noches y un vuelo a Milán en Ryanair que desde Madrid suelen ser los más baratos de Europa. Con salida a las 23h del viernes... y llegamos al aeropuerto de otra ciudad, a casi dos horas de distancia, para volver el domingo... No me lo esperaba", detalla la afectada. "Son muy rácanos y de deluxe poco", concluye Jorge R.
Alojamientos con poco encanto
A la experiencia de Jorge R. y Natalia I. hay que sumar la de Alfredo M. En su caso, los horarios de vuelos con Ryanair estaban bien pero el internauta subraya que tuvieron que pagar por el equipaje de mano.
"Experiencia decepcionante con ellos. Nos tocó Milán, ciudad muy bonita y, por lo que veo, junto con Oporto y Marsella, sus ciudades favoritas (se ve que les sale barato). Nos mandaron a un hotel a 25 minutos del centro en metro, en el cual la habitación dejaba mucho que desear", expone.
Las expectativas, un arma de doble filo
Estas escapadas sorpresas funcionan con las expectativas de los clientes. Así lo explica a este medio Ricard Santomà, vicedecano de turismo de la IQS School of Management. "Juegan con el sueño típico que tiene mucha gente de ir al aeropuerto y coger el primer vuelo que sale sin saber a dónde", añade.
El experto subraya que cada expectativa es única y muy subjetiva. "Hay gente que la mandas a Lyon y estará encantada porque siempre ven la parte positiva. Otras personas las envían a París y lo verán negativo. Lo importante es que la empresa conozca cuáles son las expectativas de la gente", concluye.
Precios 'last minute'
Agencias de viajes como Drumwit recurren constantemente a los precios de última hora. Los last minute que ofertan muchas compañías aéreas y alojamientos cuando no consiguen llenar. Francisca Blasco, decana de la facultad de turismo de la UCM, lo explica a este medio.
"El viajero quiere tener una experiencia sorpresa pero se puede convertir en un desastre porque están ajustando los precios", sostiene Blasco. Tampoco hay que olvidar el cobro de extras, donde hay otro filón. "Cuando empiezan a cobrar extras, el consumidor no es tonto y se da cuenta que él, por sus propios medios, ya podría conseguir incluso viajes más baratos", recalca la experta.
La versión de Drumwit
Cuando Consumidor Global le pregunta a Drumwit por sus criterios a la hora de organizar las escapadas, la respuesta es más que obvia. En cuanto a destinos, "buscamos siempre la máxima variedad posible", explican. Sobre los horarios de vuelos, "dependemos de la disponibilidad de las aerolíneas", afirman.
En lo que a los alojamientos respecta, aseguran que todos deben estar bien puntuados y "ubicados en el centro o muy cerca de alguna parada de transporte público que permita llegar al centro en menos de 25 minutos". Ahora bien, de nada le sirve estas explicaciones a los usuarios como Natalia I., Jorge R. o Alfredo M., que han quedado totalmente desencantados con Drumwit.