Dos turistas estadounidenses, Brenda Moulton y su hija Kaylea, visitaron la icónica isla griega de Mykonos para disfrutar de las vacaciones. Un día decidieron dar un paseo por la playa de Platis Gialos, conocida ser una zona selecta con restaurantes y hoteles de lujo.
Entre sus numerosos bares, escogieron el DK Oyster Bar, donde pidieron un mojito cada una y una ración de patas de cangrejo. Lo que se hubiese quedado en una simple anécdota de un momento agradable se convirtió en un trago amargo, ya que al llegar la factura, el pago ascendia a 646 dólares (604 euros).
Mojitos con un precio desorbitado
Las dos bebidas y el plato de comida sumaban 560 dólares (524 euros) a los que el local sumaba una propina obligatoria de 86 dólares (80 euros). Unos precios abusivos para lo que habían consumido.
Moulton se negó a pagar esta tarifa excesiva y le comunicó al camarero que “dos mojitos y dos patas de cangrejo no pueden sumar más de 600 euros” según declaró al periódico griego θEMA.
Amenazas por no pagar una factura abusiva
El empleado del restaurante amenazó a la clienta afirmando que si no realizaba el pago no podría regresar a Estados Unidos. Moulton declaró al medio griego que este camarero le dijo, literalmente: “Voy a llamar a la policía. Te retendrán aquí y volverás a tu país. Podemos encontrar fácilmente dónde vives”.
Madre e hija pagaron la cuenta y abandonaron inmediatamente el restaurante. Se quedaron en esa zona durante un tiempo para advertir a otros turistas de los precios excesivos y la estafa que podían sufrir si decidían consumir en aquel local. Tras este suceso, madre e hija emprendieron acciones legales contra el establecimiento, que en sus reseñas ya posee muy mala fama, con comentarios de otros clientes que también han sido estafados.