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Así es dormir en la cabaña de un árbol en plena naturaleza

Los cinco alojamientos que hay en nuestro país para despertar en las alturas y entre los árboles

Teo Camino

Una de las cabañas en los árboles de Sant Hilari Sacalm, en Girona / CABANES ALS ARBRES

Amanecer a vista de pájaro, mientras los primeros rayos de sol se filtran entre los árboles y el desayuno sube con una polea, es un sueño hecho realidad. Sin internet ni llamadas que atender, en plena naturaleza, con el canto de los pájaros, todo es calma. Dormir en la cabaña de un árbol es un plan ideal para hacer una escapada otoñal y desconectar de la rutina.

Las primeras cabañas en los árboles de España se construyeron en 2009 en los frondosos bosques de Sant Hilari Sacalm (Gerona). En la actualidad, apenas cinco empresas han montado este tipo de alojamientos insólitos en Vizcaya, Madrid, Barcelona y Cáceres. Y eso que la demanda de esta experiencia ha crecido hasta tal punto que reservar una cabaña en cualquiera de estos sitios es una quimera que conlleva meses de espera y un desembolso considerable.

Reservar una cabaña en un árbol

“Los fines de semana los tenemos llenos”, es la respuesta generalizada al preguntar por la disponibilidad para pasar una noche en una cabaña en un árbol. "Parece que la gente necesita más que nunca el contacto con la naturaleza”, explican a Consumidor Global desde Monte Holiday, un ecoturismo situado en el Valle Alto de Lozoya (Sierra Norte), a una hora en coche de Madrid, donde las cabañas en los árboles son el producto estrella.

Una de las estancias en Cabañas en los Árboles (País Vasco)

“Tenemos 15 cabañas y estamos haciendo más porque estamos sobrepasados”, añaden desde Monte Holiday. Lo cierto es que conseguir una reserva en estos enclaves sólo está al alcance del más previsor. Las Cabañas en los árboles Zuhaitz-etxeak, situados en un espectacular bosque cercano al pueblo de Zeanuri (Vizcaya), también están muy demandadas.

El precio

Encontrar disponibilidad en cualquiera de estos establecimientos es casi una misión imposible, y eso que no son para nada baratos. El precio medio es de 140 euros por pernoctación en temporada baja y de 160 euros en temporada alta”, comentan desde Dosrius, donde tienen 16 cabañas en medio de la naturaleza y a menos de una hora de Barcelona en coche.

El desayuno en una cesta / SANT HILARI SACALM

El precio de pasar una noche en una de estas rústicas construcciones oscila entre los 110 y los 350 euros, con desayuno incluido. Si a esto le sumas la cena -suelen estar en medio de la nada-, alguna actividad extra o un pack romántico, el despertar idílico resulta bastante costoso. Lo extraño es encontrar alguno que ofrezca actividades gratuitas, como es el caso de Dormir en los árboles (Cáceres), un lugar en medio de ninguna parte donde los clientes pueden coger canoas y dar una vuelta por el embalse Rivera de Gata sin coste alguno.

El interior de una de las cabañas en los árboles de Gerona

El baño

Esta forma de turismo responsable y ecológico en plena naturaleza puede resultar muy atractiva para algunos, de ahí la enorme dificultad a la hora de efectuar una reserva y las buenas críticas de las que gozan, pero también los hay que no se acaban de acostumbrar a la falta de comodidades que conlleva pasar una noche en una cabaña.

“El váter de las cabañas es una bolsa de basura con serrín y una tapa que emula a la de un WC”, comenta un usuario en las redes. “Lo peor es que el baño se encuentra en el edificio anexo, y resulta incómodo ir en mitad de la noche”, apunta otro. Y es que la mayoría de estas cabañas no tienen baño.

La conexión (o la falta de ella)

“Abstenerse adictos al wifi e instagramers”, advierte otro internauta al hacer referencia al hecho de que la mayoría no disponen de electricidad y toda el agua disponible cabe en una jarra.

“La cena que te ofrecen tiene un precio de 28 euros por persona. Claro, a ver quién es el listo que baja al pueblo a cenar”, concluye un cliente.