La saturación en las piscinas municipales de Madrid complica el baño a muchos vecinos de la capital que tienen que buscar alternativas para soportar el calor estival. Una buena opción es acudir a la naturaleza. En Madrid, hay algunas playas que no todos conocen y que son parajes que vale la pena descubrir. Como, por ejemplo, la playa de la Virgen de la Nueva, donde hasta el ex entrenador del Real Madrid, Zinedine Zidane, suele pasar algunos días de verano.
Esta playa de Madrid, además, cuenta con la distinción de la bandera azul. Se encuentra en el pantano de San Juan de San Martín de Valdeiglesias y, como ocurre con otros embalses, lagos y ríos de la región, se convierte en la excusa perfecta para huir de la ciudad y adentrarse en la naturaleza para darse un chapuzón.
Acceso libre con parking de pago los fines de semana
La apariencia y ser el primer embalse de la Comunidad de Madrid con autorización para el baño hacen que se le conozca como “la playa de Madrid”. En ella también está permitida la práctica de actividades acuáticas a motor, además de piragüismo, vela o pesca. Con 14 kilómetros de longitud, su acceso es gratuito con un aparcamiento de pago los fines de semana y festivos. Cuesta 5 euros las primeras cuatro horas y 10 euros el día completo.
“Como novedad se ha incluido un tren lanzadera que comunica el pueblo con el pantano para que la gente deje el coche arriba”, explica a este medio José Castro, del Ayuntamiento de San Martín de Valdeiglesias. El precio por este servicio es de 1 euro por persona y “así se evita subir y bajar con neveras y sombrillas”, añade Castro.
Una playa en Madrid con bandera azul
José Palacios, presidente la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor (Adeac) que otorga la distinción de bandera azul, explica a Consumidor Global que conceden esta insignia a las llamadas “playas continentales” desde hace 12 años. “Son playas que tienen que cumplir exactamente los mismos criterios que el resto: calidad de agua excelente, cumplimiento de legislación, que se realicen actividades de educación ambiental y que cuenten con servicios de seguridad y socorrismo”, señala.
Además, indica que para identificar este tipo de playas “da igual que sean de arena, de hierba o bosque, la idea es que tengan zona de baño de calidad”, confirma. La vigilancia de la playa de la Virgen de la Nueva tiene un horario de 12:00 horas a 20:00 horas, cuando el baño está permitido. El aforo es de 1.200 personas, “aunque puede variar según su nivel, al tratarse de una presa que lleva agua para consumo a Madrid”, matizan desde el Ayuntamiento, que señalan que un día de agosto se han contabilizado 2.000 personas sólo en la zona de baño.
El problema de la masificación
Además, existen otros enclaves naturales para refrescarse como las piscinas naturales de Las Presillas en Rascafría. En este caso, el acceso también es libre y gratuito, con servicio de parking por un precio de 9 euros por automóvil y 4 euros por moto. Ángel Merino, concejal de Turismo, Cultura y Deporte de Rascafría asegura a Consumidor Global que el enclave está muy demandado todo el verano y que cuando llega el sábado o el domingo “hay que madrugar para encontrar sitio en el aparcamiento, que tiene 400 plazas y ya a la hora de abrir sus puertas se llena”.
“Quizá tenemos un problema de masificación, es la segunda zona de baño permitida y se llena todos los veranos”, reconoce el concejal. Además del agua helada, el entorno es uno de los mayores reclamos de este lugar: “El valle del Lozoya con las vistas a todas las montañas es espectacular”, cuenta. Para comer, las Presillas tiene un restaurante “aunque lo interesante es que la gente aproveche y vaya al pueblo y nos visite”, insiste Merino.
Piscinas “naturales” con cloro
Otra alternativa al calor de la ciudad madrileña son las piscinas naturales de las Berceas, en el municipio Cercedilla. Enrique Peiret, del Ayuntamiento del municipio, detalla que son un reclamo para muchos madrileños. “El valor paisajístico y la zona privilegiada en la que se encuentra desde el punto de vista medioambiental es lo que más destaca”. Pero, estas piscinas naturales tienen una pequeña trampa porque, aunque sí se localizan junto al río, están tratadas con cloro. “Es agua que viene de la montaña y no utilizamos nada especial y distinto a las otras”, asegura Peiret.
Lo cierto es que el aspecto es muy similar a las de cualquier piscina municipal, la diferencia es que está en medio de la naturaleza y bebe directamente del arroyo de Cerromalejo y Fuenfría. La entrada para adultos en fin de semana es de 7 euros y para niños y jubilados es de 4 euros. Hay aparcamiento gratuito, aunque suele quedarse sin plazas rápido. Para apoyar este servicio existe un autobús lanzadera, también gratuito, desde el municipio de Cercedilla hasta las piscinas.