Un vecino de Sevilla vivió una situación desagradable y esperpéntica hace unos meses: el piso que compartía con su hermana y que en ese momento se encontraba vacío fue okupado a finales de 2022. Cuando llamó a Policía para denunciarlo, fue detenido y pasó una noche en el calabozo. Así lo ha contado El Diario de Sevilla.
Según su explicación, cuando fue a abrir la puerta y no lo logró, se llevó una gran sorpresa al ver a un hombre que no conocía salir su piso mostrando un contrato de alquiler. El propietario arguye que dicho contrato es falso. Así, este afectado llamó a su hermana, y, una vez que estuvieron juntos, decidieron llamaron a la Policía.
Acceso al patio interior
No obstante, cuando los agentes se presentaron, explicaron que no podían hacer nada en ese momento para resolver la situación. Insatisfecho, este hombre regresó al edificio el día siguiente y accedió al patio interior del mismo, ya que, según afirma, podía seguir haciendo uso de las zonas comunes. Probó a abrir con su llave y esta vez sí lo logró. Revisó el piso y, pensando que el okupa se había marchado, se relajó. Pasó la tarde junto a unos vecinos, compartiendo su inquietud.
Mientras él estaba con sus vecinos, sus hermanas llegaron al piso. Una vez dentro, notaron cómo el okupa intentó abrir. Después, éste apareció en la puerta con un menor de edad y cuatro policías nacionales, quienes invitaron a la propietaria a “abandonar la vivienda porque le iban a hacer entrega de la misma al ocupante".
Piso heredado de su padre
Según explicaron al citado diario estos afectados, es la hermana la que utiliza el piso, ya que padece una enfermedad que le obliga a viajar a la capital andaluza con frecuencia. Ambos heredaron el piso de su padre.
Por su parte, el ocupa había residido hasta ese momento en la vivienda de enfrente, así que ya les sonaba. Los policías decidieron confiscar las llaves a sus legítimos propietarios y entregárselas al ocupante. Además, detuvieron al hombre, sospechando que su entrada en la vivienda podría haber sido ilegal.
Puesta en libertad
Con todo, la juez puso en libertad a esta persona y archivó su caso después de que pasara una noche en el calabozo. Pero el conflicto no se ha resuelto: la vivienda continúa okupada y él ha decidido presentar una denuncia contra los policías que lo arrestaron.
Por si fuera poco, según declaró esta persona, el ocupante ha puesto una de sus habitaciones en Airbnb. En cambio, su propietario está en el paro. Su error, explicó al diario sevillano, fue llamar a la Policía el primer día. "Si me hubiera quedado dentro, probablemente el okupa se habría ido, pero quise hacer las cosas bien", afirmó.
Detención ilegal
La familia pidió el desalojo inmediato del okupa, pero el juzgado de Instrucción número 3 de Sevilla aún no ha dado luz verde. Para los dueños del piso, estos hechos pueden constituir un delito de allanamiento de morada y otro de falsedad documental presuntamente cometidos por el ocupante. Además, creen que a la Policía Nacional se le podría achacar detención ilegal y prevaricación.
Los datos del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) reflejan que, en el año 2022, se presentaron 16.726 denuncias por presuntas okupaciones ilegales de viviendas en España, lo que equivale, aproximadamente, al 0,06 % de los inmuebles con respecto al parque total.