Se fabricaron cerca de un millón de implantes mamarios PIP (Poly Implant Prothese) en la primera década del siglo XXI. A día de hoy, las afectadas por el uso de materiales baratos en estas siliconas ascienden hasta las 400.000 mujeres, con diferentes dolencias y problemas asociados a estas prácticas. Ahora, varios grupos de mujeres de más de 12 países se han reunido junto a diferentes bufetes de abogados para llevar a cabo la mayor demanda hecha desde el campo de la salud en todo el mundo con 50.000 denunciantes, según ha publicado el diario ABC.
Los países con más víctimas son Colombia con 60.000 afectadas, Reino Unido con 50.000 y Venezuela, donde se encuentran cerca de 40.000 mujeres dañadas por los implantes de baja calidad. En España se han detectado a 18.000 personas que también lo han sufrido. Ahora, después de un litigio que se ha alargado durante 10 años, el Tribunal de Apelación de París ha acusado a al certificador 'TÜV Rheinland' de ser el responsable de estos fallos, por lo que las mujeres demandantes podrán obtener indemnizaciones que rondarán entre los 17.000 euros y los 70.000.
Una historia de terror
Este caso comenzó en 2010, con la alerta que emitió la Agencia de Medicamentos de Francia al prohibir la venta y comercialización del modelo de prótesis de gel de silicona PIP. A partir de este momento, la alarma se transmitió entre países y para 2012 se inició el proceso legal contra la certificadora TÜV Rheinland con la llegada de las primeras denuncias. Las pruebas fueron las flagrantes violaciones de varios reglamentos europeos sobre salud y seguridad de los materiales.
El litigio se extendió hasta 2019, cuando el Tribunal de Casación francés confirmara la culpabilidad de TÜV Rheinland. Esto provocó que se reabriera la causa para muchas mujeres afectadas cuyos síntomas se desarrollaron durante esta década, cuya cifra ha alcanzado las 50.000 denunciantes que ahora exigen una recompensación por todos los daños sufridos.