Verano, 12.30 de la mañana. Es una jornada luminosa, por fin la piscina no está abarrotada, y un veraneante que disfruta de sus vacaciones saca la cabeza del agua en busca de a su pareja. Parpadea y entorna los ojos, pero se frustra. Tiene problemas de visión y, lógicamente, no lleva las gafas puestas, así que no la distingue. Observa aquí y allá, pero nada. Empieza a sentirse incómodo. De repente, nota como alguien le agarra los talones bajo el agua. Un segundo después del sobresalto, ríe con su pareja. Todo parece claro, la felicidad a veces es nítida. Pero días después, ya de regreso a la oficina, no olvida la escena y le busca remedio. España, las operaciones con láser para eliminar la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo han aumentado en los últimos años, tal y como explica a Consumidor Global el doctor Carlos Vergés, cirujano oftalmológico y jefe de servicio de Oftalmología del Hospital Universitari Dexeus, del Grupo QuirónSalud.
Este tipo de operaciones “han ido aumentando progresivamente, básicamente por dos razones, primero porque hay un rechazo general a las gafas, tanto estético como práctico, muy relacionado con los deportes”, razona este experto. De hecho, un estudio publicado en 2016 reflejó que la mitad de los deportistas encuestados consideraba que las gafas y lentillas afectaban negativamente a su rendimiento. La segunda razón, tal y como explica el doctor Vergés, se debe a que la incidencia de miopía aumenta con el estilo de vida actual, marcado por la convivencia con aparatos tecnológicos. “Cada vez pasamos más horas en lugares cerrados y delante de pantallas electrónicas, lo cual estimula la aparición de la miopía y su progresión, generando futuros candidatos a la cirugía refractiva”, arguye.
Un láser que corta la córnea y ‘crea’ una lente
Hablar de láser puede hacer brotar ciertas reticencias en algunas personas, así que la pregunta es inevitable: ‘¿Qué van a hacer exactamente sobre mi ojo?’ En realidad, es una suerte de creación. “Pese a que hay diferencias en la cirugía refractiva, la técnica más recomendada actualmente es el FemtoLASIK. Con un primer láser de Femtosegundo, realizamos el corte de la córnea, el ‘flap’ corneal y seguidamente, se realiza el moldeado de la córnea con el láser excimer. El moldeado consiste en ‘crear’ una lente en la estructura corneal, como si tallásemos el cristal de las gafas para corregir las dioptrías que necesita cada persona o, en realidad, cada ojo”, argumenta Vergés.
Otro aspecto positivo de esta cirugía para corregir la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, es que el paciente está recuperado casi… en un abrir y cerrar de ojos. “Generalmente, la recuperación es muy rápida, en 24 horas ya hemos recuperado el 80 % y según el defecto refractivo y las dioptrías de cada uno, puede tardar una semana en recuperarse el 20 % restante”, detalla el jefe de servicio de Oftalmología del Hospital Universitari Dexeus.
Estudio previo al paciente
Sin embargo, no todos los pacientes son candidatos a someterse a esta cirugía. “Pese a que la tecnología ha avanzado mucho y hace posible que mucha gente pueda beneficiarse de esta cirugía, tiene límites. Lo primero es realizar un estudio general de los ojos para descartar que no hay otras enfermedades que pudieran contraindicar la cirugía y luego valorar el defecto refractivo, las dioptrías, la curvatura de la córnea y su espesor y rigidez”, explica el experto.
A continuación, si todo está bien, hay un límite definido por el número de dioptrías, “hasta – 7.00 en la miopía, + 5.00 en la hipermetropía y hasta +/- 3.00 en el astigmatismo, aunque estos valores pueden variar según los otros factores de la córnea que hemos mencionado, curvatura, groso y rigidez”, aclara Vergés.
Efectos secundarios poco frecuentes
Los efectos secundarios no son frecuentes, especialmente cuando se ha llevado a cabo un estudio previo de cada caso. Sí puedo ocurrir, tal y como reconoce el cirujano oftalmológico, que quede “algo de dioptrías tras la cirugía, generalmente por un cálculo preoperatorio poco exacto o una cicatrización anómala”.
Asimismo, también puede aparecer “ojo seco o dolor crónico de tipo neuropático, por alteraciones en la regeneración de los nervios de la córnea tras realizar el corte para obtener el flap corneal”. Con todo, el doctor Vergés subraya que estos casos son poco frecuentes, si bien pueden ser muy molestos para el paciente y no tienen una resolución sencilla. “Afortunadamente, ahora podemos detectarlos mejor mediante la microscopia confocal que permite ver los nervios de la córnea directamente y valorar su estado, y por otra parte, una vez confirmado su alteración, podemos activar su regeneración mediante fármacos neurotróficos o con Luz pulsada de alta intensidad (IPL)”, expone el doctor.