Cada año, decenas de miles de españoles se levantan el 22 de diciembre con la esperanza de que su décimo de lotería haya resultado ganador en el Sorteo Extraordinario de Navidad. Los premios de Lotería Nacional con un importe de hasta 2.000 euros se pueden cobrar en cualquier administración autorizada por la Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado (SELAE), pero, aunque resulte sorprendente, cada año, miles de boletos se quedan sin cobrar.
Así lo revela un análisis del diario Público, que refleja que el año pasado hubo 422.695 décimos premiados que, a pesar de haber sido vendidos, nadie reclamó. “La mayoría eran reintegros de 20 euros, pero también se quedaron sin cobrar cinco décimos del Gordo”, expone el citado diario.
Los motivos para no cobrar el décimo
Los motivos son variados. Es posible que el dueño del décimo premiado se haya olvidado del sorteo, que haya fallecido o incluso que haya intentado salir de España por algún problema legal. Sea cual sea la razón, es el Estado quien acaba quedándose con el dinero. De hecho, según Público, las arcas públicas ingresan unos 50 millones de euros anuales gracias estos despistados.
Otra posibilidad es que el plazo haya caducado: los ganadores del sorteo tienen un plazo de 3 meses para cobrar sus décimos de lotería. Las administraciones de lotería suelen realizar esfuerzos para localizar al ganador, pero en ocasiones éstos son en vano.
Ampliación de los plazos
Por otra parte, tal y como indican algunas webs de administraciones, “en caso de duda sobre la validez o sospechas de falsificación del décimo o boleto, el plazo de pago de los premios queda suspendido hasta que se determine la validez de este y se resuelvan los posibles recursos”.
“Por ejemplo, si existe una disputa respecto a quién pertenece realmente un premio de lotería o quienes lo jugaban, el plazo de caducidad queda interrumpido hasta que se dicte una resolución o sentencia judicial en firme al respecto”, explican.