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El chasco con Dakotabox al no poder canjear las cajas en ningún hotel: "Es una tomadura de pelo"
Esta empresa presume de ofrecer “más de 75.000 experiencias para cualquier ocasión”, pero los clientes denuncian las dificultades para conseguirlas
Quizá el primero, o al menos uno de los más famosos entre los primeros, sea el Caballo de Troya: un regalo envenenado, una dádiva que venía con trampa porque no agasajaba a los troyanos, sino que permitía a los griegos colarse en la ciudad para tomarla desde dentro. Hoy, un regalo envenenado puede ser un señuelo, un falso presente, una casa a precio irrisorio que resulta estar cochambrosa, un coche de segunda mano cascado pero resultón o un obsequio que se otorga a otra persona con buena intención, pero termina ocasionando más mal que bien. Para muchos clientes, Dakotabox vende regalos envenenados.
Se trata de una empresa que nació, según describe en la web, “hace veinte años de una verdadera pasión en la que un grupo de hombres recorría los rincones de España en busca de lugares desconocidos e insólitos”. Pero, para muchos clientes, lo insólito es conseguir un hotel, un restaurante o un balneario donde canjear su ‘“caja regalo”’; y la experiencia, más que una “deliciosa desconexión”, un “viaje de evasión” o una escapada romántica para dos; es una retahíla de negativas y rechazos.
“Misión imposible”
Estrella Mateo cuenta a Consumidor Global que canjear una caja de DakotaBox es “misión imposible”. Ella lleva más de dos años intentándolo, con la dificultad añadida de contactar con la empresa cuando el bono está a punto caducar: correos, correos y más correos. Ahora Mateo solo tiene disponibles unos “20 hoteles en toda España”. Con todo, extiende sus críticas a todas las empresas similares: “Tengo cajas de cinco plataformas diferentes, entre ellas WonderBox y Dakotabox, y nunca las he podido canjear”.
Esta afectada se hartó de llamar y recibir negativas, así que intentó saber por qué ocurría aquello. “Primero llamaba y los hoteles me daban largas cuando decía que quería canjear el vale de Dakota: que si no podían, que si lo tenían todo ocupado… Pasados unos días llamaba sin decir que tenía un cofre, y entonces no había problema para conseguir una habitación”, señala. Mateo cree que la explicación a esta contradicción está en que las plataformas firman contratos con los establecimientos y los segundos no siempre saben que se van a renovar automáticamente transcurrido un cierto plazo, cuando las tarifas también han cambiado. “Hacen trampas a los propios hoteles con la letra pequeña”, considera.
Rechazo de los hoteles
A Cinta Torres y a su marido les regalaron una caja de Dakotabox cuando se casaron en 2018. Al poco tiempo se pusieron en contacto con un hotel para ir en Semana Santa “y lógicamente nos dijeron que no podía ser porque era temporada alta, cosa totalmente aceptable”, relata. Miraron entonces otras opciones “para ir cualquier finde normal” y la mayoría de hoteles, cuenta, “nos daban un no por respuesta o nos decían que ya no trabajaban con esa marca, por lo que nos caducó la caja de Dakotabox”.
A pesar del tropezón, renovaron el bono y rebajaron el listón, hablando incluso con hoteles situados cerca de la ciudad en la que viven. “Siempre era lo mismo, ‘no trabajamos’ con ellos o ‘no se puede, estamos llenos’. Al final nos volvió a caducar. Me puse en contacto con la empresa porque ya no podía renovarlo más y al principio me dijeron prácticamente que mala suerte”. Eso, reconoce Torres, la enfadó mucho, puesto que habían transcurrido cinco años en los que no se había podido utilizar el regalo y se había perdido el dinero de un artículo destinado, en teoría, al disfrute.
Un teléfono de pago para solucionar una incidencia
Torres también cuenta que, cuando les caducó sin posibilidad de renovación, contactó con Dakotabox y le hicieron llamar a un teléfono 902 para solucionarlo. “Nos tuvieron 10 minutos en espera, imagina lo que subió la factura del teléfono ese mes”, añade. Al final logró que desde Dakotabox renovasen la caja con un código nuevo. “Por el momento aún no he probado si puedo reservar en algún sitio o no, pero tenemos la esperanza totalmente perdida”, admite.
Las razones, supone Torres, son económicas: “Lógicamente pueden o deben ganar más dinero con un cliente ‘normal’ que con una persona que acuda con un libro de estos, quizá el acuerdo con Dakotabox sea más bajo”, aventura. Sea como fuere, añade que le parece “un desastre total y realmente una tomadura de pelo”. Así las cosas, hace poco Torres y su marido le regalaron un viaje a sus padres, pero descartando totalmente a los intermediarios. “Hemos hablado directamente con los hoteles”, dice, porque optar por las cajas de regalo “a la hora de la verdad es un dolor de cabeza”.
Decepción generalizada
En el foro de valoraciones Trustpilot hay más de 110 opiniones sobre esta empresa, con críticas muy negativas. “Muy decepcionados”, escribe una usuaria que tampoco pudo utilizar sus cajas, primero por la pandemia y luego por la negativa de los hoteles. Otros elevan el tono: “Es una estafa. Imposible reservar nada al precio de la caja, siempre un suplemento de mínimo 55€ y, si no, no te aceptan ninguna reserva”, escribe otra persona insatisfecha.
Este medio se ha puesto en contacto con Dakotabox para conocer su punto de vista sobre estas incidencias, pero, al término de este reportaje, no ha obtenido respuesta.
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