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El culebrón de Birchbox: de ser comprada por 45 millones a desaparecer sin dejar rastro
La empresa, que comercializaba cajas de maquillaje y cosmética personalizadas, dejó colgados a miles de clientes y ahora hay indicios de su regreso
La directora Isabel Coixet afirmó que “todas las plenitudes son fugaces”. Es una máxima poética que también se cumple con algunas empresas: en mayo de 2020, BirchBox tenía más de 50.000 suscriptoras en España que recibían mensualmente una selección personalizada de cinco productos de cosmética de diferentes categorías. Era una empresa pujante que había hecho de la personalización y el envío de cosmética un negocio rentable, que permitía a muchas personas descubrir nuevas marcas.
No obstante, tal y como publicó este medio el pasado mes de febrero, la empresa se esfumó de repente, dejando a sus clientes en la estacada. “Llevaba como 3 años con ellos y estaba muy contenta. A lo mejor era un poquitín caro, pero su organización de las cajas era genial, y si tenías algún problema, la atención al cliente era muy correcta. Por eso me pareció tan raro que desaparecieran así”, cuenta Nora Gutiérrez a Consumidor Global.
Sin respuesta tras pagar una suscripción trimestral
Ella había contratado la suscripción trimestral, por la que había pagado unos 35 euros. “Yo flipé”, reconoce. El último mensaje que tuvo de ellos le llegó a finales de diciembre, con un número de referencia de una incidencia no resuelta. Y así seguiría, irresoluble. Después “caparon” la página de Instagram, y ahí, indica Gutiérrez, es cuando la gente se empezó a mosquear. “Conocían muchísimas marcas que no se comercializaban tanto, y eso ayudaba. Llegaban productos que te sorprendían, y tenían perfiles personalizados”, recuerda. Entre la pléyade de marcas disponibles, Gutiérrez menciona Ceravé, Sabon o Bioderma.
Este medio ha intentado ponerse en contacto con algunas de estas marcas para saber cómo les ha afectado este descalabro, pero no ha habido respuestas. Con todo, en redes sociales el malestar es muy visible. “What the fuck happened to Birchbox? And have I still been paying for it”, dice en Twitter una clienta decepcionada.
FemTec Health se desprende de BirchBox
Otras críticas se dirigen contra FemTec Health, la empresa que había adquirido BirchBox en noviembre de 2021 por 45 millones de euros que ahora se han deshecho de la firma: a mediados de mayo, Retail Drive publicó que “en medio de una gran cantidad de quejas de proveedores y clientes”, Retention Brands había adquirido los activos de Birchbox que hasta ese momento pertenecían a FemTec Health, aunque no había trascendido el precio.
Y es que FemTec Health se desgaja. Está cerrando su negocio y ha vendido activos a diferentes empresas. Algo no salió bien: de hecho, la ex directora general y cofundadora de Birchbox, Katia Beauchamp, ha exigido casi 2,1 millones de dólares a FemTec Health y a su director ejecutivo, Kimon Angelides, porque no pagaron los casi 3 millones de dólares acordados en el acuerdo de venta de 2021, según desveló el citado medio.
Devaluación y caída
Petition, una cuenta de Twitter que se dedica a realizar análisis y “comentarios irreverentes del mercado financiero”, definió el movimiento con dureza: “Soy suficientemente mayor como para recordar cuando Birchbox estaba de moda. Ahora es tan malo que ni siquiera puede declararse en bancarrota, necesita venderse a través de una cesión en beneficio de los acreedores”, publicaron en la red social.
Pero hay más incógnitas. Ana Rueda, profesora de Economía y Empresas en la Universidad Carlemany, explica que no es sencillo conocer la razón exacta que motiva “que una empresa pierda valor de forma rápida y sustancial”, pero apunta que BirchBox “estaba muy condicionada a un nicho de mercado concreto, así como por las modas y gustos variables del consumidor”, al que califica de “caprichoso” en tanto que inestable.
Inversiones de Birchbox
También detalla que la pandemia afectó mucho a empresas similares, si bien recalca que “no podemos saber qué ha sucedido exactamente” porque habría que realizar un estudio financiero. “Habría que mirar cómo estaba BirchBox, en qué había invertido, qué capacidad de devolución de la deuda tenían…” A veces, sugiere esta profesora, que una gran compañía tenga mucho valor no significa en absoluto que tenga liquidez.
Por otra parte, Rueda sostiene que la comercialización de productos cosméticos ha experimentado cambios notables en los últimos lustros. “Si echamos la vista atrás, Avon vendía a domicilio, pero te enseñaba el producto”, recuerda. Esta presencia física, considera la experta de la Universidad Carlemany, tenía valor añadido porque cuando se trata de belleza y maquillaje “queremos saber qué lleva cada cosa, conocer su composición”, ver el producto in situ e incluso, a poder ser, conocer la opinión de un profesional.
¿La firma revive?
El último capítulo del culebrón es el más desconcertante. “¿Alguien más está enfadado por el hecho de que BirchBox haya reaparecido mágicamente después de no comunicar qué había pasado y de llevarse nuestro dinero? ¿Y ahora recibimos un e-mail feliz en el que dicen que simplemente van a empezar a cobrarme de nuevo? Definitivamente no”, decía una clienta estadounidense.
Este mensaje reflejaría que la empresa ha intentado contactar con viejos clientes para pescar nuevas suscripciones, y que ni siquiera se han dignado a pedir disculpas.
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