Sin ataduras. Flexible. Para jóvenes. Para viajeros. Para nómadas. ¿Es agradable ser nómada? Depende. Un nómada no tiene trabajo fijo, lo cual puede estar bien, pero también constituir un síntoma evidente de precariedad. Un nómada no necesita muchas cosas. Tiene, como máximo, 30.000 euros en el banco, según ING. Este es el límite de su Cuenta NoCuenta, un producto anunciado a bombo y platillo “que no te pide nada: ni nómina ni ingresos mínimos”, según anuncia el banco. Con él, ING quiere conquistar a los jóvenes. Incluso se han abierto una cuenta de TikTok. Pero muchos clientes desearían que, en vez de tanto marketing, el banco se hubiera puesto las pilas con la tarjeta virtual, un servicio que la entidad anuncia como incluido en la Cuenta NoCuenta pero del que muchos aún no han podido disfrutar.
Tan revolucionaria es la Cuenta NoCuenta que no tiene tarjeta física. Eso sí, tampoco tiene comisión de mantenimiento, lo que supone una ventaja con respecto a la Cuenta Nómina, a la que ING le ha metido ahora una de 3 euros al mes para los clientes que no reciban la nómina o ingresos habituales por valor de 700 euros. Se han animado a contar las ventajas de la NoCuenta en un documental, dirigido por Ingrid García-Jonsson, que parece uno de los vídeos paródicos de Pantomima Full. Pero a muchos no les hace ni pizca de gracia.
Dos incidencias cerradas y una solución insuficiente
Carlos Lorenzo es cliente de ING, y explica a este medio que ha abierto dos incidencias en el banco tras serle imposible utilizar la tarjeta virtual, algo que se anunciaba como incluido en la NoCuenta. La primera fue a través de Twitter, y la segunda, dos semanas después, “a través del número de teléfono de atención al cliente (en una llamada en la que me tocó esperar más de 20 minutos a que me atendiesen)”. Pero la conclusión no le satisface. “La solución que se han inventado es enviarme una tarjeta física, que yo no he solicitado ni he querido nunca”, detalla Lorenzo. Es decir, que la revolución digital pasa por recurrir a lo de siempre mientras se hacen unos arreglillos.
En un mensaje, el banco le ha pedido a Lorenzo disculpas por la demora. “Pero las dos incidencias están cerradas, así que no tengo ninguna esperanza de que vayan a solucionarme nada, porque ya ha pasado casi un mes desde que abrí la Cuenta NoCuenta y todo sigue igual. Hace ya mucho tiempo que los sistemas de ING son un caos, nada que ver con cómo funcionaba el banco cuando llegó a España”, relata. Lo peor, bajo su punto de vista, “es que todo este caos de las tarjetas virtuales que a veces se generan y otras veces no se lo podían haber ahorrado, porque es un servicio que ya tenían a través de Twyp y que funcionaba bien”. Este medio ya contó el enfado de muchos clientes por el cierre de Twyp. Según indica Lorenzo, cuando los clientes manifiestan a ING que echaban de menos algunas antiguas funcionalidades de esta herramienta, “su respuesta es recomendar el uso de Topii, una app de terceros”.
“Es una pérdida de tiempo”
A finales de septiembre, Jorge Palacios se interesó por la NoCuenta, porque necesitaba una tarjeta virtual para mover dinero en un viaje. “Nada de comisiones y rápida en crearla. Me di de alta y a los pocos minutos ya tenía todo, número de cuenta y tarjeta. Pero intenté activar Bizum y el wallet y no podía”, relata (el wallet es una suerte de monedero virtual con el que se pueden vincular tarjetas al teléfono móvil). Entonces, Palacios pensó que la cuenta requeriría un poco de margen, y que convendría esperar al día siguiente. Pero tampoco funcionó. “Me comentaron que tenía que esperar un día. Y tampoco. Luego me dijeron que como no tenía saldo, que no funcionaría. Entonces le repetí una y otra vez que cómo debía hacerlo, si tampoco tenía Bizum. Me dijeron que por transferencia. Hice transferencia y nada de nada. Ni bizum ni wallet”, recuerda.
Al día siguiente sí se activó Bizum, pero no el wallet. “Me dijeron que me tomaban nota, que era un error del banco. También me explicaron que debía reinstalar la aplicación y que lo hiciera con otro teléfono. En fin, nada de nada. Hasta estos días sin ese servicio. He tenido que volver a sacar el dinero porque tenía un viaje y lo tenía en ING sin tarjeta, es decir, que no podía hacer nada. Justamente hoy he recibido otro mensaje en el que se decía que podía usar la wallet... Pero, ¡sorpresa!: tampoco puedo. Es una pérdida de tiempo”, señala, tajante. Se ha planteado cancelarla, pero también tiene curiosidad por ver cuánto tardan en activarlo.
“Si tienen constancia de una incidencia, podrían avisar”
Miguel Ejea se puso en contacto con el banco porque tampoco le funcionaba la tarjeta virtual. “Me comentaron que tienen una incidencia al generar las tarjetas virtuales y que no la resolverán antes de noviembre. Me ofrecieron un plástico de forma gratuita si lo necesitaba y lo decliné, porque no voy a operar con la cuenta de forma inmediata. De todos modos, si tienen constancia de una incidencia lo podrían avisar... No obligarte a preguntar, vamos”, considera. No obstante, Ejea admite que al menos le respondieron rápidamente y le ofrecieron una alternativa.
Laura Díez tenía una cuenta Sin Nómina y relata que ING le envío un mail para informarle de que su cuenta pasaría a ser una Cuenta NoCuenta. Esa transformación, relata, implica tragarse los nuevos términos. “A los que teníamos una cuenta Sin Nómina (porque no tenemos trabajo, es decir, no tenemos nómina), nos cambian a la Cuenta NoCuenta con varios cambios que afectan”, apunta Díez. En primer lugar, ING pasa cobrar comisión por sacar dinero en cualquier cajero que no sea suyo (“y los suyos son muy escasos”, apunta). El nomadismo, parece ser, poco tiene que ver con manejar efectivo.
Los cambios no satisfacen a todos
Tampoco convence a Díez que, según lo establecido por la entidad, cuando caduque la tarjeta de débito “te obliguen a pasar a la tarjeta virtual”, lo cual puede ser una ventaja para algunos usuarios, pero no para todos. “Yo tengo apagada la opción de las compras por internet, imagina la ilusión que me hace tener una tarjeta metida en el móvil”, resalta. Es decir, una digitalización impuesta. “Lo del saldo máximo de 30.000 euros ojalá me afectara, pero no es el caso”, ríe, para después mostrarse contundente: “Entiendo que los bancos están ahí para hacer negocio, pero me enfada un poquito que además de tener mi dinero, me impongan sus normas”.
En redes sociales también hay críticas contra la NoCuenta. Por ejemplo, hay a quienes afirman que el servicio es “de pena” y a quienes le parece “mentira” que un banco tecnológico como ING “invite los #nómadas” a crear esta herramienta, cuando “resulta que llevan una semana con problemas de conexiones”. Este medio ha intentado ponerse en contacto con el banco para preguntar por estas incidencias, pero, al término de este reportaje, no ha obtenido respuesta.