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Imprimir, ir a Correos y pagar 3 euros por devolver en Uniqlo: “Es más fácil negociar con el FMI”

La política de devoluciones de la multinacional japonesa es catalogada por los clientes como un “caos” y aseguran que “nunca más” realizarán una compra online

Ana Carrasco González

Una tienda de Uniqlo / REUTERS

“Uniqlo tiene una pésima política de devolución de compras online”, comienza a relatar la clienta Núria Palomo. “Compré tres pantalones de los cuales dos no me gustó como me quedaban. Como tenía que ir a Barcelona por trabajo aproveché para recoger el pedido en la tienda y pensé que así también podría devolverlos si se daba el caso”. Así empezaba la odisea. 

Tras entrar por las puertas de la tienda de la cadena japonesa, los empleados le advirtieron de que no podía devolver el producto a pesar de haberse presentado en el lugar. “Tienes que imprimir una etiqueta (no tengo impresora), ir a Correos y pagar 2,95 euros”, estalla la usuaria, quien vive a las afueras de la capital en un pequeño pueblo. “Tuve que coger el coche para ir a la copistería a imprimir la etiqueta y luego ir a la Oficina de Correos, perdiendo horas laborales para devolver un pedido habiendo ido a la tienda”, añade. 

“Nunca más”

Como Núria, Pilar Collar también tuvo problemas para devolver su compra online en Uniqlo. “Si vas a la tienda es imposible, hay que imprimir la etiqueta después de entrar en su página. Es un caos.”, define la política de la empresa. “¡Que hay que pagar 3 euros para devolver ropa de Uniqlo! ¡Nunca más!”, exclama Óscar Berná, otro cliente afectado.

Interior de la tienda de Uniqlo en Madrid / EP

Por su parte, Ismael López confirma igualmente que cuando llegó a la tienda para devolver su pedido, los dependientes le informaron de que era imposible y que debía ir a Correos a efectuar la devolución. Isabel Mora señala que le pasó lo mismo. “Pero, yo he montado un pollo y he pedido la hoja de reclamaciones. La culpa no la tienen los empleados, pero si las políticas son abusivas, se dice”, resalta. 

La política de devoluciones

“La política de devolución de prendas de Uniqlo en España implica: rellenar un formulario online, ir a imprimir etiquetas, embalar el producto, ir a la oficina de Correos, pagar tres euros más impresiones, etc. Nunca más. Es más sencillo ir a negociar con el FMI”, expresa Verónica Ilarraz. 

Desde la página web de Uniqlo explican que no realizan devoluciones postales con franqueo pagado. Para devolver se debe colocar la etiqueta de devolución obtenida a través del portal de devoluciones fuera del paquete. Tras ello, se debe introducir el paquete en un paquete debidamente embalado, incluyendo el albarán dentro del mismo.

La devolución en Uniqlo

“Lleve el paquete a una oficina de Correos y solicite el comprobante del envío. Al realizar dicho envío, le sellarán el comprobante que usted deberá conservar hasta que reciba el reembolso solicitado”, informan desde la compañía. “Lamentablemente, sólo podremos realizar el reembolso de una devolución perdida si recibimos el comprobante del envío realizado”, detallan.

Una tienda de Uniqlo / EP

Para Uniqlo la responsabilidad de conservar todos los acuses de recibo y remitir el paquete por correo certificado o por cualquier otro medio que permita acreditar su fecha de envío recae en el cliente. 

¿Se trata de una política abusiva?

Cristian Castillo, profesor de Economía de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) y experto en logística, no considera la política de devoluciones de Uniqlo abusiva. “En su web queda bien claro que cualquier devolución no sólo va a suponer un desplazamiento del cliente a Correos, sino que va a comportar un gasto de 2,95 euros que se van a descontar de ese reembolso”, subraya. 

“Veo bien que se cobre, porque lo que pasa en el comercio online es que la gente compra de más normalmente y después acaba devolviendo todo el restante”, argumenta Castillo. “Evidentemente, eso genera unas externalidades negativas importantes a esas empresas. Con lo cual, lo que busca esta política de cobrar casi los tres euros para desincentivar ese tipo de consumo”, concluye.