Cooltra es una empresa de alquiler de motos que permite arrendarlas por minutos, horas, días o meses. “Es hora de que te muevas sin ataduras”, proclaman en su web, donde se presentan como un referente en motosharing sostenible y detallan todo el CO2 que no se ha expulsado a la atmósfera gracias a sus vehículos compartidos. Tienen tanto eléctricas como de gasolina; y la compañía va a todo gas: a principios de marzo, Cooltra y Cabify llegaron a un acuerdo comercial que permitirá a los usuarios de la segunda alquilar por minutos las motos de Cooltra en su app.
Cooltra cerró el ejercicio 2022 con una facturación de 47 millones de euros, lo que supone un crecimiento del 48 % respecto al año anterior. No obstante, no faltan los clientes descontentos que aportan notas discordantes y revelan la parte menos atractiva de la compañía protestando por una multa mal puesta o por una moto mal colocada que les impide el paso.
Gastos administrativos
Antonio Torreblanca cuenta a este medio que le pareció “increíble” que Cooltra le cobrase 30 euros por “supuestos gastos administrativos” asociados a una multa por una moto mal estacionada. “No entiendo el gasto que genera el enviar una multa, pero es cierto que está en el contrato que, de pasar eso, se cobraría el mismo importe de la multa”, admite. En cualquier caso, añade que este es “el único problema” que ha tenido con la empresa, y se declara “usuario frecuente del servicio”.
La cosa se complica cuando el supuesto infractor no es el responsable último y aun así es multado. José Manuel Blasco relata que él había estacionado correctamente la moto de Cooltra y le había echado una foto por si acaso, para curarse en salud. No obstante, explica, alguien la movió “por vandalismo o lo que fuera”. Entonces esa moto fue multada por el ayuntamiento, la multa llegó a Cooltra y Cooltra se la pasó a él. Blasco relata que decidió pagar para evitar que el pronto pago (que conlleva una reducción del importe de la sanción) finalizara, y luego solicitó el reembolso, porque él no es el responsable.
Fotos como prueba
Sin embargo, ha pasado más de una semana y ese reembolso no se ha efectuado. “Pedimos más fotos al ayuntamiento. Nosotros hicimos unas al aparcarla, y unas y otras no coinciden”, agrega Blasco. Es decir, que un usuario está expuesto hasta cierto punto a que algún incívico mueva el ciclomotor y él tenga que pagar el pato.
“Sois unos estafadores, una multa 5 días después de dejar un viaje bien aparcado y tenéis la poca vergüenza de decir que es mi responsabilidad, cuando esa moto puede venir cualquiera y moverla a su antojo, incluso dejarla tirada en medio de la carretera”, protesta otro usuario frustrado por el mismo motivo en redes sociales. Hay quien incluso cuelga su foto en Twitter para dejar constancia de que ha aparcado bien y tener una salvaguarda: “Por si acaso algún anormal decide reaparcarme la moto”, publicó otra persona en esa red social.
Obstáculos en las aceras
Con todo, el de los movimientos fantasmas que acaban en multas injustas no es el principal objeto de críticas contra Cooltra. En redes sociales también hay quienes comparten fotografías de motos mal colocadas que invaden una acera estrecha o un espacio habilitado para estacionar bicicletas.
Lo hacen también usuarios de Cooltra que viven fuera de España. “Ennesimo parcheggio incivile a Milano, via Paladini. Occupare il marciapiede (già minimo di suo) e contemporaneamente ostruire un portone è la norma”. (Enésimo estacionamiento incivilizado en Milán, vía Paladini. Ocupar la acera (ya de por sí mínima) y al mismo tiempo tapar una puerta es la norma”, escribió un italiano en Twitter.“Tanto las Cooltra, Bolt o Donkey Bikes son la peste. La gente no las cuida porque no son suyas y las dejan donde les da la santa gana. También llenan los aparcamientos metiéndolas a saco y luego la gente del barrio no las podemos aparcar”, aseguró otra persona.
Menos espacio para el peatón
Estos comportamientos irresponsables ponen en jaque la idea de movilidad sostenible que defiende Cooltra: si el centro de ciudades como Madrid o Barcelona se llena de bicicletas eléctricas, motos y patinetes, el espacio del peatón mengua. Es un obstáculo serio para personas mayores o con movilidad reducida. Así lo denuncia, por ejemplo, la cuenta de Twitter Lavapiesabandonado (@reclamalavapies), que se dedica a pedir mejoras para esta zona de la capital. “¿Hay alguna forma de denunciar a los gilipollas que dejan las motos en medio de la acera?”, se pregunta otro tuitero.
Estos problemas son actuales, pero hay un nombre del pasado que aún atormenta a Cooltra: Ecoscooting Delivery. Esta empresa de reparto comenzó su actividad en 2015 en Madrid y hoy acumula el descontento de muchos clientes por sus frecuentes incidencias con las entregas: retrasos, dificultad para contactar y envíos que al final no llegan.
Participación en Ecoscooting
De hecho, tal y como demostró este medio, los repartidores de Ecoscooting incluso han llegado a dejar los paquetes en la calle para organizar su carga. Ecoscooting fue una filial de Cooltra hasta mediados de 2020, cuando dejó de tener una participación mayoritaria en la polémica empresa de reparto. Pero a Cooltra parece no gustarle que la vinculen con su antigua sucursal. “Ecoscooting es una empresa totalmente independiente de Cooltra”, decían los segundos en diciembre de 2021.
Este medio ha contactado con Cooltra para preguntar cuál su relación actual con esta empresa de transportes y cómo solucionan las incidencias con las multas, pero, al término de este reportaje, no ha obtenido respuesta.