Con los cascos puestos y los ojos cerrados, en la oscuridad, el oído y el tacto se agudizan. Se escucha una respiración desconocida que genera incertidumbre. Voces melosas y palabras sensuales se entrelazan con silencios y susurros. Todo se puede sentir con detalle. La fogosidad y el erotismo van en aumento. Algunas fantasías se cumplen y ciertas dudas se resuelven.
El audio erótico, y el audio porno también, son tendencia. De hecho, según apuntan varios estudios y psicólogos especializados en redes sociales, este formato no ha dejado de crecer desde la llegada de la pandemia. Experimentar y descubrir a través del oído, sin imágenes, tiene un gran poder y la imaginación no tiene límites. Por ello, no es de extrañar que algunos contenidos, como los poemas eróticos o las charlas sobre temas más íntimos, se hayan colado en apps y redes sociales como Clubhouse, cuya popularidad se ha desatado estos días.
Una alternativa al porno tradicional
“El porno es la vía principal de acceso a la sexualidad y la pandemia lo ha confirmado y exacerbado. Es la efervescencia de lo virtual. Y dentro de esta efervescencia, el audio erótico está en auge”, expone el psicoanalista José Ramón Ubieto. Además, así lo confirma el estudio Sex Trends 2021 de la empresa de productos de placer íntimo Wow Tech, que revela que los audios eróticos son una tendencia de creciente popularidad, especialmente entre las mujeres. “Los principales usuarios de los audios eróticos tienen una mayor sensibilidad, y, por lo general, buscan interactuar con otra persona y valoran la presencia de una voz al otro lado. No son los usuarios del porno tradicional”, matiza Ubieto.
En esta nueva virtualidad y en la era de la imagen, sorprende, sin embargo, que cada vez existan más plataformas que apuestan por los audios eróticos pensados para mujeres de cualquier orientación sexual, aunque también los hay para hombres y para disfrutar en pareja. Cuentan con intérpretes de voz profesionales y suelen ofrecer contenidos inclusivos e imaginativos para lograr una estimulación vívida y sensorial. Algunas de las webs más conocidas en este ámbito son Quinn, Femtasy, Audiodesires y Dipsea. Pero también en otras apps, como Clubhouse, la gente piensa que los contenidos de audio son efímeros, por lo que se desinhibe y da rienda suelta a sus fantasías. “Todo lo que sean recursos para fantasear y encontrar parte de la libido, puede ayudar, pero sólo son parches. La tecnología se ha convertido en una prótesis de nuestro cuerpo”, apunta la terapeuta Adriana Royo, autora del libro Falos y falacias (Arpa Editores). “Al fin y al cabo, es una voz separada del cuerpo. Hace falta reconectar con el cuerpo. Es un tema de abrazos, caricias y apoyo”, sentencia Royo.
Así se cuelan estos contenidos en Clubhouse
Elon Musk, fundador de SpaceX y Tesla, popularizó Clubhouse a finales de enero de este año. Esta aplicación funciona con audio, está disponible sólo para iPhone --la versión para Android está en proceso-- y ya cuenta con más de 10 millones de usuarios. Para acceder se requiere de una invitación de alguien que ya forme parte de la misma, y una vez dentro, el funcionamiento es muy sencillo. Basta con buscar las temáticas de interés y empezar a seguir distintos clubs. A partir de entonces, se puede entrar y participar, o no, en las llamadas rooms (salas), donde se dan charlas y debates de coaching, psicología, economía, sexualidad, arte y un largo etcétera. Eso sí, es importante mirar bien la descripción de los grupos para no llevarse una sorpresa.
“Los audios eróticos van a estar cada vez más presentes en Clubhouse, en los podcast y en otras maneras de interaccionar online. Sin embargo, el riesgo que tiene esta app es derivar en una red social de contenido para adultos como lo es OnlyFans”, advierte Ubieto. Lo cierto es que al navegar por esta plataforma de audio aparecen infinidad de descripciones de clubs bastante subidas de tono: “Los lunes audios eróticos a las seis. Sexo inteligente. Soulgasm. Contenido para adultos. Habitaciones pervertidas los miércoles a las nueve. La tribu de la miel sensual. Citas, sexo y relaciones o Cada sábado, una hora de lectura erótica”.
Otros riesgos y peligros
No obstante, el gran peligro de un servicio como el de Clubhouse reside en las medidas de control que establezca la plataforma para prevenir la entrada de menores. David Gallardo, CEO de la consultora de desarrollo digital Syntonize, explica que “para registrarse en Clubhouse se debe tener un número de teléfono válido y aceptar los términos y condiciones que prohíben a los menores usar la app, pero como en cualquier otra aplicación, no hay ningún mecanismo de verificación de la información, por lo tanto es muy fácil que puedan acceder”.
Asimismo, otro tema que suele preocupar a los usuarios es si el contenido que comparten es efímero o, por el contrario, puede ser grabado y difundido fuera de la red social. Sobre este aspecto, Josep Albors, responsable de concienciación de la empresa de ciberseguridad ESET España, apunta que “ya hemos visto cómo los audios compartidos a través de Clubhouse han sido extraídos en incidentes acontecidos el pasado febrero, aunque la empresa asegura que ha tomado medidas para que no se repita. Sin embargo, la app advierte de que no puede garantizar la privacidad de ninguna de las conversaciones que se realizan en sus salas”. Así que, más vale estar atentos a lo que se dice y se comparte en esta nueva red social en auge.