Da igual si es Halloween o no, la llegada de la factura de la luz es uno de los momentos más temidos del mes y este final de octubre habrá el mismo susto. Para eludir o al menos disminuir el volumen del grito cuando se sepa lo que se debe pagar, es fundamental ser consciente del consumo de cada electrodoméstico y aprender a hacer un mejor uso de ellos.
Los electrodomésticos, junto con la calefacción, representan la mayor parte de la energía que se consume en los hogares. Según la Red Eléctrica de España, en el hogar de un consumidor medio, estos aparatos suponen alrededor del 66 % de la factura anual de electricidad.
Mantener baja la factura final
El gasto energético es un factor cada vez más importante en la economía familiar, sobre todo durante los tramos alcistas de los precios de la electricidad, por lo que es fundamental ser conscientes del consumo de cada electrodoméstico y aprender a hacer un mejor uso de ellos para mantener baja la factura final.
El frigorífico es uno de los electrodomésticos que más energía consume porque nunca está apagado. Según REE, este electrodoméstico consume el 14% del total de la energía utilizada en el hogar, lo que se traduce en un coste anual de unos 25 euros. Para ahorrar en la factura, se recomienda que el frigorífico tenga la etiqueta de eficiencia energética y que se pueda regular su potencia.
Otros electrodomésticos
Dejar la televisión encendida puede inflar la factura de la luz. Y es que pasamos de media más de tres horas y media al día delante de este electrodoméstico, lo que supone un gasto energético de hasta el 12 %. Para ahorrar energía, la solución no es apagar el televisor o dejarlo en stand by, sino desconectarlo cuando no se utilice.
Un hogar de cuatro personas que utilice la lavadora cuatro veces por semana pagará 51 euros al año por su uso. El 80 % de la energía consumida se utiliza para calentar el agua, por lo que es aconsejable lavar a baja temperatura para ahorrar dinero. Además, se puede reducir tu factura de la luz cambiando el programa de tu lavavajillas. Los consumidores pueden ahorrar hasta un 20 % utilizando el programa económico (a 50 °C en lugar de 60 °C) y usando el programa de lavado intensivo sólo cuando la vajilla esté muy sucia. El programa de media carga no ahorra demasiada energía, por lo que es mejor esperar a que el lavavajillas esté completamente lleno antes de ponerlo en marcha.