Actualmente, son muchos los motivos que pueden llevar a una mujer a recurrir a la vitrificación de ovocitos (congelación de óvulos) con el fin de retrasar su maternidad o de preservarla ante posibles complicaciones. La principal razón para retrasar la maternidad es económica, cuando no se puede hacer frente a los gastos que supone tener un hijo. No obstante, las decisiones por una causa social, que no médica, hacen que salga más caro el tratamiento. De ahí la paradoja.
España es el segundo país de la Unión Europea donde las mujeres tienen hijos más tarde. Este retraso en la maternidad no solo está provocando que las cifras de natalidad del país caigan año tras año, sino que la mujer se encuentre con dificultades para concebir de manera natural. “Cada vez son más las mujeres que deciden congelar óvulos, porque actualmente no pueden ser madres, ya sea porque no tienen pareja o su estatus económico es bajo”, destaca Adolfo de Prados, licenciado en Medicina y Máster en Reproducción Humana Asistida .
Posponer la maternidad sale caro
La congelación de óvulos, que comenzó como un experimento para preservar la fertilidad en los tratamientos oncológicos, es hoy una práctica recurrente entre treintañeras. Según la Sociedad Española de Fertilidad, el número de tratamientos de conservación de ovocitos se ha más que duplicado en una década. Asimismo, el Instituto Nacional de Estadística (INE) señala que, en lo que va de 2022, se han registrado 159.705 nacimientos, apenas 211 más que en el mismo período del año anterior, que ostenta el récord más bajo desde que comenzó la serie histórica en 1941. Además, hubo una importante bajada del 5 % entre el primer semestre de 2020 y el de 2021, con una diferencia superior a los 20.000 alumbramientos.
Verónica H. tiene 33 años y es una de las mujeres que ha decidido retrasar la fecha para ser madre. “He congelado mis óvulos dos veces. La primera vez en 2019 y la segunda en 2020. Mi decisión vino a raíz de una revisión ginecológica donde me dijeron que no tenía mucha cantidad de óvulos. Me podría quedar embaraza perfectamente, pero para asegurarme decidí hacer el proceso”, comenta la joven, que añade que le extrajeron hace tres años un total de seis óvulos. “Entonces decidí con mi ginecólogo volverlo a hacer y en la segunda extracción me sacaron ocho, aunque todavía no los he utilizado”, destaca.
Los precios
Como la lógica marca, cuánto más tiempo se posponga más dinero sale del bolsillo. “Cada dos años tengo que hacer un pago para el mantenimiento de esos óvulos. Eso sí, no me cubre nada la Seguridad Social ya que se trata de una decisión mía y no por una justificación médica”, señala Verónica. El mantenimiento le supone 350 euros, pero el tratamiento le costó a esta particular 2.650 euros y la medicación otros 1.000. “El precio medio oscila entre los 2.000 y los 3.000 euros”, subraya Antonio Urries López, biólogo y embriólogo clínico, director del Instituto de Reproducción Humana Asistida de QuirónSalud.
No obstante, dependiendo de los motivos de la mujer, puede salir totalmente gratis. “Las causas médicas las cubre la Seguridad Social, sin embargo, las que son por temas sociales van a cuenta del cliente”, explica Urries. Los recursos de Sanidad son limitados y preciados, por lo que no puede permitirse el lujo de congelar los óvulos de todas las mujeres que lo deseen. Por ello, en el único supuesto en el que la Seguridad Social facilitará la vitrificación de ovocitos es en el caso de que la mujer vaya a someterse a algún tipo de tratamiento que derive en esterilidad.
Cuándo lo cubre la Seguridad Social
Los equipos médicos del ámbito público informan a las pacientes de los riesgos que pueden padecer al someterse a determinados tratamientos, y, en función de la edad fértil de la paciente, serán ellos mismos los que le den la posibilidad de congelar sus óvulos para una futura fecundación in vitro. El marido de María Otero padece teratozoospermia, una alteración que afecta al semen en la que la mayoría de los espermatozoides tienen forma anormal, por lo que la pareja decidió hacer este tipo de fecundación.
“Hace 20 años me hicieron una estimulación ovárica, y me sacaron 21 óvulos, que luego quedaron en ocho. Para quedarme embarazada de mi hijo Miguel me pusieron dos. Tres años después, de esos mismos óvulos congelados, me pusieron dos más y nació mi hija Celia. Quedaron cuatro congelados, y me los mantuvieron hasta que no tuve edad fértil”, explica María, que ya alcanza la edad de 55 años. Al contrario que Verónica, la Seguridad Social le cubrió todo el proceso y el mantenimiento.
Más congelación de óvulos por causas sociales
“La Sanidad pública cubre la preservación de la fertilidad por causas médicas, como las mujeres oncológicas que les van a dar un tratamiento de quimio oral y saben que eso va a afectar su fertilidad. Entonces sí que les cubre la preservación en endometriosis. Son casos graves de mujeres que pueden tener un nuevo problema”, resalta Urries. También lo cubre Sanidad en los casos de pacientes transgénero. “Antes de hacerse la cirugía o la reasignación hormonal, pueden reservar sus óvulos para que en un futuro puedan ser madres o padres”, añade.
“En principio tenemos más por causas médicas, sobre todo oncológicas, que por sociales, pero cada vez se van equiparando más y en pocos años seguro que hay más por causas sociales que por médicas”, concluye el director del Instituto de Reproducción Humana Asistida de QuirónSalud. De esta manera, cada vez habrá menos procesos cubiertos por Sanidad, y más mujeres que se verán obligadas a pagar para retrasar su maternidad por, paradójicamente, tener un estatus económico bajo, entre otros motivos.