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Cómo debes llevar tu perro o tu gato en el coche con la nueva ley de bienestar animal

La normativa especifica cuáles son las condiciones que debe cumplir tanto el vehículo como el propietario para transportar de forma segura a la mascota teniendo en cuenta también lo que recoge la DGT

Ana Siles

Un perro en el interior de un coche estacionado / PEXELS

La nueva ley de bienestar animal entró en vigor el pasado viernes. El texto recoge diferentes puntos importantes sobre el cuidado de las mascotas. De no cumplir con lo establecido, la normativa establece una serie de sanciones. 

Así, por ejemplo, dejar a un animal solo en el coche si la temperatura exterior puede ponerlo en peligro puede acarrear una multa de hasta 10.000 euros. Para transportar al gato o al perro también hay que tener en cuenta una serie de condiciones que son de obligado cumplimiento

¿Necesito transportín para mi perro o gato?

Según la Dirección General de Tráfico (DGT), "los animales que no se llevan de forma adecuada en el vehículo representan un riesgo significativo de lesiones para todos sus ocupantes". Partiendo de esta afirmación, la nueva ley deja claro que la mascota tiene que ir en un habitáculo especial para el animal. 

 

Por su parte, Tráfico hace mención al arnés o transportín. "Así es como debe viajar nuestra mascota en un coche", aclara. Así la autoridad advierte que no es recomendable llevar nunca a la mascota en el asiento de copiloto o en el regazo del conductor. 

Otras obligaciones

Otras obligaciones para viajar con un animal en el coche pasan por las condiciones en las que se encuentre el vehículo. Es decir, la norma establece que todo automóvil en el que se suba una mascota tiene que contar son un correcto sistema de climatización y ventilación. Así, todos aquellos coches que no cuenten con aire acondicionado no podrán llevar animales. 

Una mujer con su perro / FREEPIK

La ley de bienestar animal recoge, además, que no les debe faltar agua, alimento y pausas durante el camino para que puedan atenderse debidamente las necesidades fisiológicas del perro o gato.