Luis Buñuel decía que el bar era para él “un lugar de meditación” en el que pasaba “ratos de ensueño, hablando rara vez con el camarero” y casi siempre consigo mismo. Pues bien, la taberna de siempre, la castiza y la de Buñuel, está en horas bajas. “Hoy lo importante es llamar la atención, hay mucha gente que cocina bien”, afirma Germán Oronoz, director ejecutivo de Pom Standard, una empresa que se dedica a la digitalización de la hostelería. Y mientras unos bajan la persiana, otros, más disruptivos, la abren.
Los bares de ahora, los nacidos en época de pandemia, beben de Instagram, de lo diferente y de sorprender cada día más. Lo visual es fundamental, porque, en estos locales, comer bonito es casi tan importante como el comer bien. Nada se deja al azar y cada plato es carne de postureo. Es el caso del vegano VJFB, ubicado en el barrio del Born de Barcelona, y de Vicio, el negocio delivery que ahora también tiene establecimiento físico.
Evitar la “pérdida desconocida”
Ni en VJFB ni en Vicio se puede pagar en efectivo. “Solo con tarjeta”, avisa una de las camareras del restaurante vegano al entrar en el establecimiento. Este fenómeno, según Manuel Morillo, experto en hostelería y socio fundador de la consultoría Con Gusto, “es cada vez más habitual”. Para él, más que un concepto snob, responde a una necesidad de ser más eficientes. “Se pierde mucho tiempo cuadrando caja, buscando cambio o ingresando el dinero en el banco”, expone.
Aparte, como señala Morillo, también existe la denominada “pérdida desconocida”. Hace referencia a los desajustes de la caja, que se producen por calcular erróneamente o porque alguien meta mano en ella. “Con el pago con tarjeta te ahorras todo esto, es el futuro”, sentencia.
La digitalización de los bares
La digitalización pasa por todos, incluidos los bares. “El Covid ha ayudado a que muchos se lo tomen más en serio”, afirma Oronoz. Ahora, todos los negocios de restauración, por ejemplo, disponen de un QR para consultar la carta. Pero la digitalización total y absoluta implica mucho más y empieza, casi siempre, “con el pago electrónico”.
Según Oronoz, cuando solo se aplica el pago mediante tarjeta “se abren más posibilidades, como el servicio delivery o las compras online”. A estas alturas todo el mundo conoce qué es el reparto a domicilio; no obstante, los pedidos electrónicos en hostelería aún son una incógnita. “Las compras online son la venta de bonos o experiencias, como una cata o un menú especial”, explica el ejecutivo. La cuestión es aplicar los servicios, mediante el uso de una página web. “Yo siempre digo que, de la misma manera que tienes el bar bien decorado y bonito, también tienes que dedicar tiempo a tu web”, añade.
Durante la crisis sanitaria, el pago con tarjeta superó por primera vez al efectivo a la hora de hacer la compra en España, según datos de la consultora Nielsen. Si antes de la pandemia se abonaba al contado en el 61% de las ocasiones, ahora ocurre en el 45%; mientras que el uso del plástico ha pasado del 38% al 54%.
Además, el Boletín del Congreso recoge una proposición de ley del PSOE donde se aboga por la “eliminación gradual del pago en efectivo, con el horizonte de su desaparición definitiva”. Una iniciativa que se enmarcaba dentro de las medidas de prevención y erradicación del virus, pero que entrevé una realidad ya casi palpable.
De la comida vegana, a la pista de baile
Aparte de no aceptar monedas, VJFB y Vicio rompen con más estándares. “Es un bar pensado para poder bailar cuando acabes de cenar”, señala una de las camareras del vegano más alternativo del Born. El local de VJFB no deja a nadie indiferente. De paredes de color rosa eléctrico y lleno de grafitis, en este restaurante suena la música a toda potencia. La comida está rica, tiene de todo, pero destacan en su carta las hamburguesas de panes de colores. La barra de cócteles preside el lugar; echa de bambús rompe con la estética macarra que inunda la sala.
“En Madrid hay una tendencia clarísima sobre este tipo de restaurantes”, señala Morillo. “Aquellos que cuando termina el servicio suben la música y te pones a bailar”. Según él, la Ciudad Condal se ha resistido a esta combinación de restaurantes-pubs. No obstante, la pandemia ha posicionado este tipo de establecimientos en un primer lugar. “Ahora cuando se sale se buscan más cosas que simplemente cenar”.
Vicio, la sensación del momento en Instagram
El 15 de octubre, el día que el Gobierno catalán declaraba el cierre de la hostelería, Vicio abría sus puertas. Con una primera etapa focalizada en el delivery, ahora ha inaugurado su primer establecimiento físico en el barrio de Gràcia, en Barcelona. No obstante, este rompedor establecimiento no abandona sus raíces más digitales y en el local se pide a través de una pantalla gigante y se paga con tarjeta.
El negro y el naranja decoran las paredes del local, como si se tratara de una hamburguesería del sur de Londres. Y es que la estética de Vicio sorprende al cliente. Allí la imagen cuenta, pero la calidad también.