Los coches eléctricos causan hasta un 50 % más de accidentes de tráfico que aquellos tradicionales. Es un hecho y así lo revela un estudio de AXA Varias características que portan este tipo de vehículos ponen sobre la mesa varios problemas adicionales en términos de seguridad vial.
La cifra de colisiones se duplica en el caso de los coches eléctricos de alto rendimiento. Y es que, a pesar de las ventajas, estos automóviles no se libran de llevar consigo una gran carga de responsabilidad.
Las causas
Una de las grandes causas radica en las poderosas baterías de iones de litio que alimentan estos vehículos. Es fácil imaginar situaciones en las que un conductor de vehículo eléctrico inexperto o descuidado pisa el acelerador como si estuviera conduciendo un vehículo de gasolina, solo para darse cuenta demasiado tarde que su coche tiene una aceleración mucho más rápida y potente al principio.
Por otro lado, y en general, los coches eléctricos, con sus baterías, tienden a ser aún más pesados. En caso de colisión con vehículos más ligeros, los daños materiales pueden aumentar hasta en un 10 %. La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB) de Estados Unidos señala que los eléctricos pueden pesar hasta un tercio más que los vehículos comparables propulsados por gasolina. Más peso equivale a más impulso, lo que significa que se aplica mayor fuerza en un choque.
Más peligros
A todo esto hay que sumar que los coches eléctricos como los de gasolina presentan riesgos de incendio y explosión en caso de accidente. Aunque los incendios de baterías en vehículos eléctricos son raros, cuando ocurren pueden ser difíciles de extinguir debido al calor generado por las baterías. Por otro lado, en un accidente de vehículo a gasolina, los incendios tienden a ser más fáciles de controlar.
Las baterías de vehículos eléctricos pueden dañarse en un choque, lo que puede dar lugar a fugas de productos químicos. Queda claro que esto, pese a ser algo más extraño, representa un riesgo adicional para las personas que se encuentran fuera del vehículo después de un accidente, como peatones, ciclistas y personal de primeros auxilios.
Cuenta con grandes mejoras
A pesar de todos estos posibles problemas, no se puede tampoco negar que los coches eléctricos también cuentan con grandes mejoras en términos de seguridad vial. La Unión Europea ha implementado regulaciones que requieren la inclusión de tecnologías avanzadas de seguridad activa en todos los vehículos nuevos, como sistemas que ajustan automáticamente la velocidad, alertan ante la pérdida de concentración y detectan obstáculos durante la marcha atrás.
Estas novedades no solo hacen que la conducción sea más segura, sino que también promueven un cambio hacia un estilo de conducción más tranquilo y eficiente, especialmente en carreteras de ciudad.