“¡Hola Mariana! ¿Cómo estás?”, le escribes a tu nuevo match de Tinder. Y se hace el silencio. Con otro hay buen rollo (te ha contestado) y te haces la graciosa: “¿Te llamas WiFi? Porque realmente estoy sintiendo una conexión”. Y, de nuevo, ghosting --las cobras del siglo XXI-- del bueno. La comunicación, en las apps para ligar, es difícil. Ligar, una quimera sólo al alcance de los que están dispuestos a invertir horas y acumular rechazos. Pagar o no pagar, esa es la cuestión.
Para garantizar que los usuarios pasan el mayor tiempo posible en las aplicaciones para ligar y se suscriben a funcionalidades de pago, “los desarrolladores se valen de técnicas, como la llamada gamificación, que básicamente son mecánicas propias de los videojuegos para enganchar al usuario”, advierte la psiquiatra y miembro de Top Doctors Sandra Bravo. Sin embargo, pagar el plan Gold (12,49 euros al mes) o el Platinum (14,99 euros/mes) en Tinder no es sinónimo de éxito, según los usuarios.
“Pagar no sirve para nada”
Víctor González hace tres días que está en Tinder “y no me aporta nada”, asegura. “Te enganchan con algunos 'me gusta', pagas y no sirve para nada”, critica en la página de valoraciones Trustpilot. “Te inscribes y enseguida, como en un juego, empiezan a querer cobrarte por todo, además de tu asignación mensual”, coincide Juan Torres.
Deslizar los perfiles hasta el infinito “se ha convertido en una forma más de pasar ratos muertos, en el mejor de los casos, y, en el peor, en una adicción o la necesidad de búsqueda incesante por si nos perdemos algo --FOMO (Fear Of Missing Out)--“, advierte la psiquiatra, quien explica que si Tinder y otras aplicaciones similares “enganchan” es porque, al realizar estas acciones, el cerebro segrega dopamina, lo que genera un efecto similar al de las tragaperras, las apuestas y algunas drogas.
La comunicación es imposible hasta con Tinder Gold
“Mi experiencia es sencilla”, relata Alejandra. “Me registro, tengo likes que sólo puedo ver con la cuenta Gold. Pago la cuenta Gold. Los supuestos match no responden. Nunca recibo likes. Cancelo la cuenta Gold y vuelven a aparecer los likes que sólo puedo ver con la cuenta Gold. Se pueden meter sus trampas por el…”, añade la afectada.
Tinder, para los hombres, “es un timo”, opina Manuel Roca en Trustpilot. Según este usuario, que ha invertido 78 euros en una suscripción, “pagar no sirve para nada porque cada opción interesante comporta pagar más dinero. ¡Qué error contratar una suscripción de seis meses! ¡Menudo robo!”, se lamenta.
Perfiles falsos o inactivos
Como en la mayoría de aplicaciones para ligar, “los perfiles de usuarias son, en su mayoría, falsos o inactivos”, advierte Antonio. Muchas de las mujeres que hay en Tinder “son perfiles falsos, otras, nunca quieren quedar, sólo chatear hasta el aburrimiento… ¿Para eso merece la pena pagar en Tinder?”, se pregunta Roberto.
“El problema en sí no es la app de citas. La cuestión es que estas aplicaciones nos están dando la posibilidad de conocer a gente en un clic y aumentan nuestras posibilidades de encontrar a alguien, pero también el número de rechazos, de vínculos fallidos, de miedo a no ser suficiente… Y todo esto, de forma constante, porque llevamos la app todo el día con nosotros”, expone la especialista.
El radar, atrofiado
Martina Encinas tiene Tinder Gold desde hace un par de meses y “no me está gustando mucho”, asegura. Y añade: “Lo único bueno es ver quién me ha dado like, que te facilita el trabajo, pero por el resto…”. Encinas tiene el rastreador ajustado para que le aparezcan personas que vivan o estén a 6 kilómetros de distancia, pero “desde que tengo el Gold no me sale gente cercana, sino de todo el mundo. ¡Es un coñazo!”, se queja. “Tengo el límite en 6 km y me salen constantemente tíos que están a 40 km, 99 km, 1.168 km… Y no me aparecen porque me los haya cruzado, es una constante. ¿Hola? ¿Es broma?”, lamenta esta usuaria de Tinder Gold, quien asegura que el mercado está “muy mal”.
A Toni Galmés le sucede algo parecido. “A mí me han llegado match de perfiles falsos de Francia y de otras partes del mundo. Esto me ha hecho sospechar que Tinder es una aplicación en la que no merece la pena perder el tiempo. Sólo le interesa el dinero y cobrarte de más”, añade este afectado.
Darse de baja y seguir pagando
“Después de darme de baja, cancelar la suscripción, eliminar el perfil y hacer lo indecible para intentar comunicarme con el equipo de Tinder, la única opción que me dan es que vuelva a pagar para volver a estafarme. Llevo dos años intentando desligarme de esta basura de app y cada año me cobran sin mi consentimiento y sin ni siquiera dar el servicio por el que te cobran”, se queja Pablo Alonso en Trustpilot.
Algo parecido le ha sucedido a Juan Torres. “Cuando te vas a dar de baja, tienes todo tipo de problemas. Veremos si este mes me cobran la suscripción, porque todavía no me han mandado la notificación de baja”, apunta el afectado, quien asegura que no volverá a utilizar Tinder. “Prefiero invitar a una mujer a una copa en cualquier bar y tener una conversación amistosa, a tirar el dinero inútilmente”, sentencia.
Las apps de citas y la salud mental
“Mi recomendación es que, si ves que el uso de estas apps influye en tu humor o tu bienestar o empiezas a sentir que ocupa demasiado tiempo de tu día e incluso te sientes ansioso si no abres con cierta frecuencia la aplicación, acudas a un profesional de salud mental”, aconseja la psiquiatra Bravo.
Hoy en día ya existen recursos específicos para tratar la adicción a las nuevas tecnologías y a otras adicciones no mediadas por sustancias. La recomendación de solicitar ayuda “también la extrapolo a esos sentimientos con cualquier otra interacción personal, o, incluso, si sientes ese miedo al abandono, ansiedad o falta de autoestima de la que hablamos, porque esto es sólo la punta del iceberg, pero detrás de esto, hay muchas cosas en las que trabajar para poder sentirnos mejor”, recomienda la especialista de Top Doctors.