Últimamente está en boca de todos. En las universidades, en la conversación del bar, en la parada del autobús, en el kiosko y, sobre todo, en el trabajo. ChatGPT, el chatbot de inteligencia artificial (IA) desarrollado en 2022 por OpenAI, no es sólo un pasatiempo, sino que para muchas personas es una herramienta de gran utilidad que les ha servido para hacer (casi todo) el trabajo. Pero ojo con eso.
Desde hacer un Trabajo de Fin de Grado (TFG), prácticamente, entero hasta crear desde cero un negocio que ya está valorado en 23.000 euros. No obstante, Samuel Parra, abogado especializado en derecho tecnológico, advierte de que se debe ser muy cauteloso con este tipo de historias. “No sólo porque en muchos casos serán inventadas, sino porque es fácil caer en lo que se conoce como sesgo del superviviente. Y esto puede hacer que tomemos decisiones equivocadas”, subraya.
Un TFG, prácticamente entero
A. García reconoce a Consumidor Global que para su Trabajo de Fin de Grado ha utilizado ChatGPT. “Ha sido sólo para la parte teórica y lo usaba para redactar un párrafo con la información que le pedía”, señala. “Como son teóricas y no se tiene que inventar nada pues me vale”, añade. De momento, la fecha de entrega de este trabajo aún está alejada en el calendario, pero García está seguro de que sacará una buena nota. “Y lo mejor es que he ahorrado mucho tiempo y esfuerzo para hacerlo”, destaca.
“El alumno que utilice esta IA para hacer un TFG o un trabajo de clase estoy convencido de que tampoco iba a esforzarse demasiado si lo hubiera tenido que hacer por su cuenta”, expone Parra. “Los institutos y universidades tendrán que adaptarse a las nuevas herramientas. Y no es tanto que deba existir una regulación, sino una educación respecto de su uso”, opina el experto.
Se saca un curso con ChatGPT
Un 8,09. Esto es lo que sacó F. López en el curso de Gestión y Dirección de Empresas que ha conseguido terminar haciendo uso del ChatGPT. El temario consta de nueve unidades, todas ellas con una actividad final, de las cuales, la mayoría no las hizo López sino esta IA. “Yo le escribía la pregunta tal cual estaba en el ejercicio y me lo respondía perfecto”, asegura a este medio.
Parra vuelve a recalcar que “si una persona es capaz de sacarse un curso entero solo con el uso de ChatGPT, el problema va a estar en el sistema educativo, que algo no estará haciendo bien”. Pero esto no abarca sólo el ámbito educativo, sino que también el empresarial, y el abogado especializado en derecho tecnológico recuerda que aquellos que hayan encontrado “una fórmula para hacerlo, no la van a estar compartiendo en Twitter”.
Empresas que utilizan la IA
Existen varios casos reales de proyectos que han utilizado ChatGPT como herramienta para apoyar en tareas específicas, como por ejemplo, la empresa Copy.ai utiliza GPT-3 para generar texto publicitario, descripciones de productos, correos electrónicos, entre otros. Los usuarios pueden ingresar información básica sobre lo que quieren escribir y el sistema generará automáticamente varias opciones de contenido.
En la empresa Hugging Face, la atención al cliente la lleva, totalmente, la IA. La compañía utiliza una plataforma de chatbot basada en GPT-3 para ofrecer asistencia en línea a sus clientes. El chatbot puede responder preguntas frecuentes, proporcionar información de la empresa y ofrecer soluciones a problemas técnicos.
Una empresa desde cero
El escritor Jackson Greathouse Fall le preguntó a ChatGPT cómo invertir 100 dólares para ganar dinero lo más rápido posible, de forma legal. Le propuso crear una empresa llamada Green Gadget Guru, que ofreciera productos y consejos para ayudar a la gente a llevar un estilo de vida más sostenible. Según el usuario, en su primer día consiguió 1.280 euros, y su negocio ya está valorado en 23.000 euros, aunque son cifras que no ha demostrado.
“Es importante destacar que, aunque estas herramientas son muy útiles, todavía se necesitan seres humanos para supervisar y garantizar la calidad del trabajo generado por ellas. Además, estas tecnologías aún están en evolución y deben ser utilizadas con precaución para evitar sesgos y resultados inexactos”. Esta es la respuesta que ha recibido este medio tras preguntar a ChatGPT.
No es su función
“ChatGPT no nos va a hacer millonarios a todos, pero eso no quita que, en algún caso aislado, la información suministrada por la IA le haya sido de utilidad a alguna persona para ganar algo de dinero”, informa Parra. “De hecho, seguramente haya más personas ganando dinero escribiendo artículos o libros de ‘cómo ganar dinero con ChatGPT’ que personas que realmente estén ganando dinero siguiendo las sugerencias de ChatGPT”, sentencia.
El abogado especializado en derecho tecnológico advierte que esta IA no está diseñada para mejorar nuestras finanzas o para acertar con inversiones económicas. “Hay que tener mucho cuidado con lo que nos dice ChatGPT y con lo que otros dicen que han conseguido gracias a ChatGPT”, finaliza Samuel Parra.