Cristiano Ronaldo ha protagonizado muchos anuncios publicitarios, pero quizá ninguno tan hilarante como el que hizo para Shopee, una empresa de comercio online de Singapur. En este spot, el astro portugués aparecía, tras marcar un gol de falta, clicando de manera insistente en un móvil, en alusión a hacer la compra en Shopee. Este anuncio fue la carta de presentación en Occidente de un gigante del e-commerce que quería jugar fuerte. Sin embargo, ocho meses después de aterrizar en España, Shopee da marcha atrás y abandona.
Ahora, al entrar a la web, una ventana anuncia las malas nuevas al cliente: “Lamentamos informarles que Shopee.es ha dejado de operar a partir de las 23:59h del 17 de junio de 2022. Todas las órdenes recibidas hasta esa fecha serán procesadas de manera habitual y los servicios y apoyo post-venta continuarán estando disponibles para todos los usuarios que hayan hecho compras en nuestra plataforma”. Es decir, que au revoir, pero que no cunda el pánico. Sin embargo, a pesar de las buenas palabras, el movimiento ejemplifica que no corren buenos tiempos para el comercio online.
“Eran buenos, bonitos y, sobre todo, baratos”
“Descubrí Shopee hace dos o tres meses, y desde entonces he pedido 16 camisetas de fútbol y baloncesto, 9 de ellas ‘Fan Edition’, productos que sólo encontraba en Shopee. ¿Lo mejor? Que entre descuentos, envíos conjuntos y demás, el gasto total en 16 camisetas ha sido de 109’83 euros”, cuenta a Consumidor Global Telli Rodríguez, joven streamer para el que el cierre de la compañía asiática ha sido un varapalo. “Iba a decorar toda mi habitación con camisetas y me he quedado a la mitad”, lamenta.
Pero Rodríguez no va a echar de menos sólo en el precio. “La calidad de sus productos es impresionante, mil veces mejor que las de AliExpress, iOffer (cuando existía), DHGate y demás macrodistribuidores, con todo bordado, todo detallado y todo muy bien cuidado. Quizá ese fuese el problema, que eran buenos, bonitos, y, sobre todo, baratos”, agrega este antiguo cliente.
Amazon y AliExpress no dejan espacio a Shopee en España
Jordi Ordóñez es consultor experto en e-commerce y formador en escuelas de negocios. Este analista explica a Consumidor Global que “quitarle el trono a Amazon es imposible, no tiene rival”. Seguramente Shopee no aspirase a tanto, pero Ordóñez cree que cualquiera que intente morder una parte de su pastel lo tendrá crudo. “AliExpress ha hecho en España el desembarco de Normandía, y aun así son el número 2, a mucha distancia de Amazon. Si a alguien tan potente como AliBaba le cuesta sangre, sudor y lágrimas establecerse, imagínate a una empresa menos conocida”, expone.
Este experto cree que, en España, Shopee “ha hecho pruebas piloto, ha visto que no ha salido y han plegado velas. Es algo que puede pasar. Rakuten es enorme en Japón, llegó a España con un gran despliegue y no cuajó aquí. Amazon aterrizó en China y tampoco funcionó”, señala. A su juicio, “es evidente que la coyuntura económica no es la mejor, hay una inflación bestial, hay guerra, subidones de materias primas y atascos en los puertos chinos”, enumera.
“Fabricar empieza a no ser un chollo”
Por todo ello, Ordóñez cree que los e-commerce pueden empezar a ser menos agresivos a nivel de precio. “No sé si Shopee buscaba resultados inmediatos, pero un periodo de ocho meses, que es lo que han durado, quizá sea insuficiente para testear un mercado”, analiza. Además, apunta que lo que antes estaba tirado de precio cada vez lo será menos. “Muchas fábricas chinas empleaban mano de obra que ahora es casi de clase media, tienen mejores salarios, y ya no sale tan a cuenta producir allí. Fabricar empieza a no ser un chollo, e incluso hay empresas chinas que han trasladado su producción a Vietnam o Indonesia”, explica.
Con todo, Ordóñez cree que no habrá dramas con los pedidos de Shopee que se hayan hecho en España sobre la bocina. “Nunca se sabe a ciencia cierta, pero no creo que pongan pegas a entregarlos ni a devolver lo que haga falta. Para no quedar mal, devolverán lo que haga falta y más. El dinero de verdad lo han perdido por otro lado”, opina.
No hay más espacio en el mercado
Telli Rodríguez reconoce que, tras el anuncio del cierre, tuvo cierto miedo a que los tiempos no se cumplieran y que su paquete se quedara en el limbo. “Realicé mi pedido el día 11, y Shopee cerró el 17, pero cumplen: tanto es así que tenía llegada estimada el día 27, y llegó el 22. Ha tardado sólo 11 días”, apunta. Ahora bien, si Rodríguez deseara devolver algo, no podría cambiarlo, sino solicitar el reembolso. “Para hacerlo, te piden que lo acerques a Correos, te mandan un código, lo imprimen allí y lo devuelves, y a los pocos días (tres o cuatro como mucho) te devolvían el dinero”, detalla.
Neus Soler es profesora de Economía y Empresa de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) e indica que el e-commerce, en general, “ya no es tan barato como era hace un par de años”. Además, apunta a cuestiones de marketing y a fallos de comunicación que pueden haber provocado complicaciones en la introducción de Shopee en España. A juicio de Soler, que una compañía sea potentísima en Asia no significa que se vaya a poder implementar sí o sí en otros lugares. “Empezó con mucha fuerza, parecía que podría competir con ellos, pero se enfrentaba a dos gigantes”, agrega. La profesora considera que Amazon juega con la ventaja de que fue el primero y de ser occidental, lo que inspira más confianza entre a los clientes. Por eso, cree que el mercado ya está copado y no hay espacio para más plataformas.
Los ‘marketplaces’ deben renovarse
Vicente Girona es otra de las personas que se considera comprador habitual de Shopee. “Semanalmente hacía algún pedido”, relata a este medio. “Al principio, tenía envíos gratis y ellos ponían promociones, luego empezaron a cobrar los envíos en todos los pedidos y empezó a caer, porque frente a Aliexpress, donde la mayoría de productos son de envío gratuito, es complicado”, expone. A su juicio “no era mejor ni peor, sólo una alternativa, con sus ofertas diarias”.
Por su parte, Soler supone que a Shopee no le han salido los números. El e-commerce creció a raíz de la pandemia, relata, pero, a su vez, la digitalización que se impuso provocó que muchas tiendas locales también potenciasen su canal online. De este modo, “ahora los consumidores tienen muchos más sitios donde elegir”. Además, la profesora de la UOC apunta que la creciente conciencia medioambiental y la preocupación por la sostenibilidad puede mitigar, de manera progresiva, la pujanza de los grandes marketplaces. Para evitarlo, cree que deberán renovarse para intentar “ofrecer algo más”.