Repsol es una de las empresas energéticas más importantes de España y, si bien existe la Guía Repsol y es esta la entidad que otorga los soletes (bares o restaurantes que se diferencian por su propuesta auténtica y asequible), parece poco probable que poderosa petroquímica que factura centenares de millones de euros vaya a meterse en el negocio de la hostelería. Pero, en la feria HIP (Hospitality Innovation Planet), la compañía ha instalado una suerte de food truck que hace las veces de churrería.
“Con el aceite usado de estos churros se fabrica combustible renovable”, indican unas grandes letras en el bus instalado en HIP, el mayor evento dedicado a la hostelería que tiene lugar estos días en Madrid). Los churros, todo hay que decirlo, están crujientes y su sabor es bueno, aunque se trata de una acción de marketing para promocionar sus carburantes y mejorar su imagen.
No es la primera churrería de Repsol
No es la primera vez que Repsol monta algo así. El pasado noviembre, la multinacional abrió una churrería efímera en el centro de Cheste (Valencia), con motivo del Gran Premio de la Comunitat Valenciana, para informar a los aficionados de la entrada de los combustibles renovables en MotoGP la próxima temporada.
Por su parte, Repsol indica en su web que utiliza distintas materias primas para generar este tipo de combustibles, “como los aceites vegetales residuales, aceites de cocina usados, biomasa o alcoholes vínicos procedentes de los residuos generados por la industria del vino.”
Reducir las emisiones de CO2
“La utilización de estas materias primas permite reducir significativamente las emisiones de CO2 respecto a los combustibles tradicionales a los que sustituyen, por ejemplo, en el caso de los aceites de cocina usados hasta el 85-90%”, indica la compañía.
Su objetivo es superar las 600 estaciones de servicio con combustible 100% renovable a finales de 2024. La compañía multienergética acelera así su apuesta por los combustibles renovables, con un ambicioso objetivo de expansión de la red.
“Los combustibles renovables son una de las principales palancas de la estrategia de Repsol para acelerar la reducción de emisiones del transporte y conseguir el objetivo de convertirse en una compañía cero emisiones netas en 2050. La principal ventaja de su uso es que pueden utilizarse en todos los vehículos sin necesidad de realizar modificaciones en los motores ni en las infraestructuras de distribución y de repostaje ya existentes”, indica la compañía en su web.