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Esta carretera olvidada esconde siete restaurantes con estrella Michelin
Este antigua travesía, también conocida como la Ruta 66 española, conecta Madrid con A Coruña y pasa por pueblos fantasma y casas de comida exquisitas
“El camino es el que nos enseña la mejor forma de llegar y nos enriquece mientras lo estamos cruzando”, escribió el conocido novelista Paulo Coehlo. La antigua carretera nacional VI (N-VI) nos enseña que la mejor forma de llegar no es la más rápida. Porque lo importante no es la meta, sino el camino.
Entre el Km 0 de la madrileña Puerta del Sol y la Torre de Hércules, en A Coruña, hay 600 kilómetros clavados. En línea recta. Son los que recorre la vieja N-VI, que cayó en el olvido hace más de tres décadas, cuando nació la A-6. Desde entonces, el trayecto por esta vieja carretera es una sucesión de pueblos fantasma, gasolineras sin gasolina y algún que otro bache. Unos pequeños desniveles en el asfalto de los años 90 que invitan a hacer un alto en el camino y descubrir alguno de los siete restaurantes con estrella Michelin que se esconden a su vera. En los márgenes.
Los estrella Michelin de la N-VI
“Una vez sales de Madrid, si te desvías a la izquierda en Guadarrama, a 15 minutos de la carretera está el restaurante Montia, en El Escorial, que cuenta con una estrella Michelin y dos Soletes Repsol”, expone a este medio Xosé Ramón Nóvoa, responsable de la iniciativa Ruta N-VI, que busca dinamizar esta histórica travesía como un road trip con pasaporte incluído.
El siguiente está a un hora en coche, en la plaza mayor de Matapozuelos (Valladolid), y se llama La Botica. Allí, el chef autodidacta Miguel Ángel de la Cruz ofrece un menú degustación por 70 euros, aunque también se puede uno deleitar el paladar comiendo a la carta. Este restaurante cuenta con una estrella Michelin roja, una verde (sostenibilidad) y dos Soletes de la Guía Repsol. Poca cosa…
Más astros en el camino
“Sigues un poco más y te desvías, a la altura de Villalpando, hasta Castroverde de Campos, en Zamora. Allí encontrarás Lera”, aconseja Nóvoa sobre este restaurante, escondido en plena meseta castellana, que cuenta con estrella Michelin y está considerado como uno de los templos de la caza de España.
Un poco más adelante, en Tordesillas, donde Portugal y España firmaron el tratado en el que se repartían las tierras descubiertas en África y América, toca desviarse de nuevo en busca de Trigo y Alquimia - Laboratorio, dos restaurantes con estrellas Michelin de Valladolid, dos menús degustación por 60 euros que brillan con luz propia en pucela.
El Ermitaño
A la altura de Benavente, a mano derecha, hay una carretera secundaria flanqueada por huertas y maizales. El sendero desemboca en una antigua casa de campo señorial con una ermita que data de 1775.
En este espléndido rincón de España se encuentra El Ermitaño, un lugar donde buscar la felicidad en los clásicos de la casa: los canutillos de cecina y el delicioso lechazo asado.
La última parada
La última parada obligatoria de la Ruta 66 española se halla en lo alto del monte de San Pedro, junto a unas baterías antiaéreas que antaño protegían la ría, con vistas al Atlántico. Las mesas, ordenadas con carácter panorámico, invitan a sentarse y dejarse seducir por la propuesta del chef Luis Veira, un coruñés experto en jugar con los sabores.
Aquí, en el estrellado restaurante Árbore da Veira, con la mirada perdida en el océano o en las delicias del plato, es más fácil pensar que la vida tiene muchos sentidos, saber que has llegado, que el camino ha merecido la pena, y decir, para tus adentros: serendipia.
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