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El cáncer de mama y las posibilidades de cirugía reconstructiva de pecho
Las distintas opciones que existen para abordar la reconstrucción de seno tras haberse realizado una mastectomía, según el cirujano plástico David Priego
Las mujeres que han tenido cáncer de mama y se les ha realizado una mastectomía pueden optar por la cirugía reconstructiva de pecho y disponen de diversas opciones, en función de cada caso, para abordar la operación. El primer paso es acudir a la consulta de un cirujano plástico.
“Los cirujanos exponemos detalladamente todas las posibilidades que ofrece la cirugía reconstructiva a la paciente y, lo ideal, es analizar y valorar juntos la técnica quirúrgica para su caso”, expone a Consumidor Global el cirujano plástico del Hospital Universitari Sagrat Cor de Barcelona David Priego. “El especialista siempre busca la técnica reconstructiva que puede satisfacer las expectativas de la paciente con el menor dolor y secuelas posibles”, añade el especialista.
Reconstrucción de pecho con implante
En la reconstrucción de senos con implante existen dos posibilidades: la reconstrucción inmediata es la que, como su nombre indica, se realiza justo después de la cirugía oncológica, colocando el implante debajo de la piel o del músculo; y la reconstrucción diferida, que puede iniciarse conjuntamente a la cirugía oncológica mediante la implantación de un expansor, que es como una prótesis, pero sin contenido.
Durante la reconstrucción diferida, “colocamos el expansor tisular y, más adelante, lo sustituimos por la prótesis definitiva. El expansor se utiliza durante un corto periodo con el objetivo de expandir la piel y crear un espacio con forma para el implante mamario”, explica Priego. Cuando se desea una intervención simple, rápida y lo menos invasiva posible, colocar una prótesis suele ser la mejor opción.
Con tejido propio
En caso de que la reconstrucción de pecho se realice con tejido propio, lo habitual es tomar como zona donante el vientre o la espalda. La reconstrucción mamaria autóloga con tejido abdominal o DIEP (Deep Inferior Epigastric Perforator) “es la técnica más demandada y es considerada el gold standard en la reconstrucción mamaria, aunque siempre hay que valorar cada caso concreto”, señala el cirujano sobre un tipo de técnica que precisa de un equipo quirúrgico experimentado en microcirugía vascular.
Si se realiza con tejido de la espalda --colgajo de músculo dorsal ancho--, se crea una especie de bolsa para sostener el implante o para una mayor cobertura de piel, si se precisa. “Tomamos tejido del músculo dorsal ancho de la espalda, conectamos el tejido debajo de la piel hacia la nueva ubicación y lo utilizamos para formar un nuevo montículo mamario”, describe el especialista.
Lipofilling y técnicas oncoplásticas
También existe la técnica denominada lipofilling --o lipotransferencia--, que consiste en utilizar grasa propia de la paciente, extraída previamente de diversas partes corporales como puede ser la barriga o las piernas, y utilizarla para dar volumen a la mama. Otra alternativa es realizar una técnica mixta combinando el relleno de grasa con la colocación de una prótesis de menor tamaño e incluso como relleno tras la realización de un dorsal ancho.
Por último, “es interesante mencionar las técnicas oncoplásticas, en las que combinamos patrones utilizados en cirugías como la reducción mamaria para incluir el tumor y así obtener un resultado más estético”, apunta Priego.
Los riesgos de la operación
¿Qué riesgos conlleva una operación de este tipo? Como es lógico, cada cirugía conlleva su riesgo. Desde el punto de vista técnico, la pérdida de la reconstrucción sería el riesgo a corto plazo. A largo plazo, en función del material utilizado, “podremos encontrar complicaciones diferentes como puede ser encapsulamiento protésico, esteatonecrosis de colgajo, etcétera”, detalla el doctor.
¿Qué sucede si el cáncer regresa y la mujer se ha sometido a una operación reconstructiva? “Afortunadamente, en la mayoría de casos no hay recidiva --no reaparece--. No obstante, la oncología siempre prevalece sobre la estética”, apunta el experto. De hecho, en algunos casos, es preciso retirar el nuevo tumor junto con la reconstrucción empleada sin que ello implique que no se pueda reconstruir la mama nuevamente.
Los resultados
Aquellas mujeres a las que les preocupen especialmente las cicatrices, cabe destacar que estas dependerán de la cirugía realizada. Sin embargo, con el paso del tiempo, llegan a quedar muy atenuadas. Y es que las técnicas han mejorado mucho mediante la colocación de prótesis de aspecto más natural. Además, se añaden detalles como mallas prepectorales, y también influye el uso de técnicas quirúrgicas, como es el caso del lipofilling, con cirugías mínimamente invasivas.
El objetivo es que la paciente recupere su figura, con una mama que resulte lo más natural posible, “y contribuir así a superar el trance que supone pasar por un proceso oncológico, recuperando su vida personal, profesional y social”, sentencia el especialista del Hospital Sagrat Cor.
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