“Saco las almohadas de la secadora y compruebo que no estén húmedas, algunas ya se han usado demasiadas veces y me pregunto cuántas cabezas se habrán apoyado en ellas por última vez”, escribió la poetisa Begoña M. Rueda cuando trabajaba en la lavandería de un hospital. La firma de moda Ternua Group se planteó aprovechar las sábanas desechadas de los hospitales para confeccionar sus camisetas y sudaderas, pero “acaban muy desgastadas por los detergentes que utilizan en el lavado. En los hoteles las renuevan más a menudo”, expone a Consumidor Global el director de innovación y sostenibilidad de la empresa vasca, Edu Uribesalgo.
De media, en Europa, cada ciudadano tira 11 kilos de ropa al año, según la Comisión Europea. Es evidente que la industria de la moda --la segunda más contaminante del mundo sólo por detrás del sector energético-- necesita un cambio de paradigma. Con este escenario como telón de fondo, Ternua inició en 2015 una serie de proyectos basados en la reutilización de diferentes residuos, desde redes de pesca hasta plásticos, para la confección de sus prendas. El último, Wearcycle, en colaboración con la lavandería industrial de Grupo Gureak y la empresa de hilatura Belda Llorens, utiliza sábanas desechadas de hotel. Una alternativa sostenible al fast fashion a la que no todos pueden optar.
¿Cómo acaba una sábana convertida en camiseta?
Ternua recogió en enero dos toneladas de sábanas viejas en la lavandería de Gureak (Guipúzcoa), y las envió a la fábrica de Belda Llorens (Alicante). Allí, tras un proceso mecánico para triturar la sábana, se crea la fibra de la que se obtiene el hilo de algodón reciclado. “Al final, las camisetas y sudaderas están hechas con alrededor de un 20 % de algodón que procede de las sábanas, un 30 % de otros algodones reciclados, y un 50 % de algodón orgánico”, explica Uribesalgo.
De este modo, las viejas sábanas han cambiado su destino: de acabar en el vertedero, al armario de los consumidores. Con ellas, Ternua ha fabricado alrededor de 12.000 prendas para la colección Primavera-Verano 2022, y calculan que les dará para fabricar cerca de 28.000 más. En la actualidad, Ternua cuenta con siete diseños de camisetas, y varios polos y sudaderas, que se pueden encontrar en las tiendas por un precio que no es para todos los bolsillos.
Camisetas al precio de una chaqueta de Inditex
“Es un poco más caro que hacerlo con un algodón convencional, pero seguimos haciendo colecciones”, apunta el directivo de Ternua, quien asegura que el material final es muy resistente. Las diferentes prendas Wearcycle se venden en las tiendas habituales de Ternua y Loreak Mendian --marca adquirida por el grupo en 2018--, y en la mayoría de centros de El Corte Inglés.
Las camisetas de Wearcycle de Ternua cuestan entre 37 y 40 euros, mientras que las de Loreak se van a los 45 euros. Los polos salen por 70 euros y las sudaderas por entre 80 y 110 euros. “El precio me parece justo si tenemos en cuenta que la lavandería industrial que les abastece de sábanas, del Grupo Gureak, da trabajo a personas con dificultades de inserción laboral”, apunta la comunicadora experta en moda y autora del libro Armario Sostenible, Laura Opazo. En cualquier caso, aunque cada vez los consumidores estén más comprometidos con estas iniciativas de economía circular, los precios de Wearcycle hacen que no sea un producto accesible para todos los públicos.
Otras alternativas de moda sostenible
Sepiia, que se define como una empresa de moda inteligente, fabrica camisas con poliéster reciclado en España y Portugal, y cuando los clientes agotan el ciclo de vida del producto, “te recogen la camisa y la llevan a su centro de reciclado para poder fabricar nuevas camisas”, explica Opazo.
En Capitán Denim se definen como fabricantes de vaqueros de bajo impacto ambiental, y es que tienen varias líneas confeccionadas con tejanos reciclados. Además de vaqueros (55 euros), también venden camisetas (29 euros). Bluyins, como Sepiia con las camisas, te recoge los pantalones y los convierte en unos jeans nuevos (entre 50 y 70 euros).
Un pequeño avance que no cambia el paradigma
¿Qué demanda la crisis del cambio climático? “Es necesario cambiar radicalmente el modelo de producción y consumo: pasar del fast fashion a un modelo donde compremos menos y mejor”, expone la experta en residuos de la ONG Amigos de la Tierra, Adriana Espinosa. Por este motivo, desde Greenpeace creen que Wearcycle, de Ternua, “es una iniciativa positiva”. Sin embargo, apuntan que lo ideal sería que hicieran las camisetas, en su totalidad, con el algodón de las sábanas.
El sector textil, en general, “se centra mucho en el reciclaje y muy poco en reducir su producción. Y así no se ataja el problema de las emisiones de CO2”, expone a Consumidor Global la responsable de consumo de Greenpeace, Celia Ojeda. En la misma línea, su homóloga en Ecologistas en Acción, Charo Morán, apunta que iniciativas como las de Ternua “no están mal, pero no solucionan el problema de raíz”, quien recuerda que para reciclar también se necesita energía. “Lo ideal serían la reutilización y la reparación de prendas. Falta invertir en I+D más allá del reciclaje porque hay alternativas mucho más sostenibles”, sentencia Ojeda.