Este domingo los españoles dormirán una hora menos. La madrugada del 27 de marzo se adoptará el horario de verano, por lo que los relojes se adelantarán una hora: a las 2.00 h serán las 3.00 h. Esta alteración puede afectar a los biorritmos de muchas personas y, tal vez, a sus hábitos de consumo. ¿Con el cambio de hora, hay más demanda en los restaurantes? ¿Si se alarga la tarde, se piden más cañas en los bares?
España cambia el horario desde 1940. El objetivo es ahorrar energía, no obstante, este argumento siempre ha sido puesto en duda por los científicos, y en la actualidad es una tradición cada vez más cuestionada. De hecho, no todos los países cambian de hora. Estados Unidos –uno de sus impulsores– ha aprobado una ley para dejar de hacerlo. Pero en España continuará, como mínimo, hasta 2026.
¿Más reservas?
Que el día se alargue implica dos cosas: la primera, que se tiene que madrugar más; la segunda, que la tarde será más duradera. Así, aunque desde finales de diciembre los días son más luminosos (y así seguirá hasta llegar a la jornada con más horas de luz del año: el 21 de junio, el solsticio de verano), desde este domingo oscurece una hora más tarde.
¿Pero este cambio en la rutina propicia que el español consuma más en el bar?. “Hemos registrado un 10 % más de reservas este fin de semana”, corroboran desde TheFork, una plataforma de reservas hosteleras. Aunque, según esta fuente, el incremento deriva de la llegada de la primavera, y no tanto por el cambio de hora. “Por lo general, a partir del Día del Padre las reservas aumentan, es uno de los momentos de mayor cantidad y crecimiento en la hostelería”, subrayan.
Impulso del “tardeo”
En cambio, Manel Morillo, director de Con Gusto Consulting y experto en hostelería, sugiere que el cambio de horario incentiva el denominado “tardeo”. A su parecer, el hecho de que anochezca más tarde genera movimiento en las calles y, en consecuencia, los bares tienen “más flujos de venta”.
Morillo explica que, entre semana, y durante el invierno, el consumo se concentra principalmente en los desayunos y las comidas. Pero, con el nuevo horario “se activa la media tarde y hay más asistencia de comensales en las terrazas”. Según este experto, “el tardeo cada vez se celebra en más puntos de España y es una consumición que fácilmente se convierte en una cena”.
La lluvia es más relevante
Sin embargo, a juicio del Gremio de Restauración de Barcelona, “la hora no importa, lo que determina la afluencia a los restaurantes es el tiempo”, incide un portavoz de la entidad. “Cuando hace buena temperatura, nadie quiere estar en su casa. La gente sale a la calle y se consume más”, detalla el portavoz.
Esto se nota principalmente después de semana santa, y las épocas doradas son “desde mayo hasta septiembre”. No obstante, desde la patronal niegan que con el cambio de hora esto se acelere. “Puede afectar sí, pero es más por la llegada del buen tiempo que por el cambio de las agujas del reloj”, incide.