Estos días, un manto rojizo cubre los municipios españoles. Se debe a la calima, un polvo sahariano que ha transformado los paisajes. Además, la calidad del aire ha empeorado, lo que puede suponer un problema para las personas con afecciones respiratorias. Los inconvenientes no terminan en la suciedad y la dificultad para respirar: estas partículas de polvo pueden estropear los coches que hayan sufrido este episodio en la calle.
El primer problema es de visibilidad: los cristales sucios son un factor de riesgo al volante. En cuanto al vehículo, las partes más expuestas a la calima son las lunas y los filtros. Las primeras se pueden rayar o romper, por lo que es conveniente echar abundante agua para retirar el barro. No obstante, la carrocería puede dañarse si se limpia de manera agresiva, como ocurre en algunos túneles de lavado. Por eso, los expertos recomiendan delicadeza, agua tibia y jabón.
Cambio de los filtros del coche
En cuanto a los filtros, el problema puede ser aún más serio, ya que las partículas de polvo en suspensión pueden llegar a reducir el rendimiento del coche si se acumulan en exceso. También conviene revisar los filtros de aire del motor y sustituirlos en un taller si están llenos o muy manchados. En general, este episodio meteorológico hace envejecer al coche, ya que el polvo acumulado es siempre un contratiempo.
Está previsto que la calima se mantenga en la Península unos días, por lo que las precipitaciones podrán volver a ir acompañadas de barro. En todo el país habrá nubosidad abundante y precipitaciones desigualmente repartidas.