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Cadenas de bares baratos ahogan a sus consumidores sin aire acondicionado por el tarifazo eléctrico
Algunos locales de franquicias como 100 Montaditos, Pomodoro o Popeye’s se han visto afectados por la subida de la luz y optan por encender menos horas los sistemas de climatización
Aún es tema de conversación las altas temperaturas que se vivieron hace unos días en toda la península. Y, aunque estas han bajado de manera notable esta semana a la vez que comienza el verano, los próximos meses prometen ser bastante calurosos. Y eso es una mala noticia para algunas cadenas de bares económicos que ahogan a sus consumidores sin aire acondicionado debido al tarifazo eléctrico.
En plena ola de calor, el equipo de Consumidor Global visita un local de la cadena 100 Montaditos ubicado en Plaza Castilla, en Madrid. Al entrar se oyen quejas como “qué calor, podrían poner el aire”. Es cierto, la climatización no está encendida. Roberto García, camarero de la barra, explica que el sistema está averiado y no pueden ponerlo. “Pero tampoco se queja mucho la gente”, asegura algo molesto el trabajador.
Sistemas “averiados”
A la semana siguiente, las temperaturas han bajado y el calor no ahoga tanto. Pero en el mismo local sigue sin funcionar el aire. “Está roto, lo siento”, repite el camarero que atendió a Consumidor Global días antes. Pablo Moreno y Arturo García toman una cerveza en una mesa del salón interior. “Es verdad que no está puesto, lo normal en otros restaurantes es que sí, pero bueno hoy no hace tanto calor”, cuentan mientras echan un trago.
Es la tendencia que se ha observado en algunas cadenas de restauración como 100 Montaditos, Pomodoro o Popeye’s. En otro 100 Montaditos situado en Avenida de América, junto a la parada de metro Cartagena, una familia entra al salón y decide volver a la terraza. “Aquí no, aquí hace mucho más calor que fuera”. Son las 14:30 de la tarde y el bochorno derrite en las calles de Madrid. “Yo estoy chorreando, el aire está apagado por completo”, dice uno de los tres amigos que están sentados en la entrada. “Nos hemos tenido que sentar dentro porque fuera no hay sitio, si vas a hablar con ellos dile que lo enciendan”, bromean.
Sin aire hasta que lo pida el cliente
En un intento de que lo activen, Aroa García, encargada de este local de 100 Montaditos, reconoce que también “está averiado y aún lo tienen que arreglar”. Además, la camarera reconoce que los clientes se quejan mucho. “Y hasta nosotros, si hace un calor insoportable”, cuenta. Pero, ¿todos estos aparatos están averiados o se trata de una manera de ahorrar ante la subida de la luz?
Un trabajador de la cadena Pizzería Carlos, cuya identidad ha preferido no desvelar, reconoce a Consumidor Global que los jefes suelen pedir que el aire no esté encendido todo el tiempo: “Normalmente nos dicen que lo dejemos apagado hasta que algún cliente venga a pedirlo”, cuenta el camarero.
Ventiladores como alternativa
Unos clientes cuentan al equipo de Consumidor Global que en un local de Popeye’s, la cadena especializada en pollo frito, “tampoco tenían el aire acondicionado cuando fuimos”. Al visitar este restaurante en Plaza Castilla, Adrián Romero, empleado, confirma que “justo lo acaban de reparar ahora mismo y menos mal, porque la gente se ha quejado muchísimo, sobre todo en la semana de la ola de calor”, explica.
La franquicia de comida italiana Pomodoro también parece caer en estas prácticas en alguno de sus restaurantes. En un local de la calle madrileña de Alberto Aguilera, un camarero cuenta su experiencia: “No tenemos aire acondicionado, pero bueno, ahí tenemos un ventilador”, señala, y añade que “claro que hay clientes que se quejan, es normal”, admite.
Contra la tendencia general
Pero, ¿es normal estas prácticas en los restaurantes y locales de hostelería? Lo cierto es que no, al menos en la mayoría de establecimientos. De hecho, como señala Raúl Velasco, investigador del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales de la Universidad Autónoma de Barcelona, “la tendencia en los últimos años ha estado más centrada en equipar los locales tanto en invierno con terrazas y estufas, como en verano con aire acondicionado y otros sistemas”. Sin embargo, señala el profesor, “esta tendencia por invertir en climatización puede verse revertida si sigue aumentando el precio de la energía”.
“Seguramente en restaurantes dirigidos a un público de clase alta no van dejar apagado el aire, pero sí que puede haber locales de otro tipo que en un momento pudieron hacer la instalación y ahora tienen que ahorrar por los altos precios de la electricidad”, comenta Velasco. Además, señala que hay que tener en cuenta el caso particular de cada local, pues puede haber casos que aún estén en recuperación por la pandemia o que tengan dificultades para encontrar personal.
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