El nuevo impuesto al plástico ya se deja notar en restaurantes como Burger King o McDonald's. Estas cadenas de fast food cobran un céntimo por cada uno de los productos de plástico no reutilizable que figuren en el pedido de un cliente, lo que puede encarecer un ticket hasta cinco o seis céntimos, por ejemplo, con el plástico en el que vienen envasados el kétchup o la mayonesa.
Para las compañías, es una forma de repercutir los costes que implicará aplicar la Ley 7/2022 de 8 de abril, con la que el Gobierno pretende recaudar unos 500 millones de euros. No obstante, según han reconocido representantes de cadenas como Burger King o McDonald’s, la intención es que los costes se repercutan lo mínimo posible para no perjudicar al cliente.
Una medida polémica
Se trata de una normativa que ha estado rodeada de polémica, ya que la patronal del gran consumo pidió varias veces que el Real Decreto de Envases y Residuos de Envases se retrasase. A principios del pasado mes de diciembre, la patronal Marcas de Restauración publicó un comunicado en el que decía que dicho decreto amenazaba “el futuro de gran número de empresas de nuestro país”.
Asimismo, las empresas de los sectores representados declaraban que estaban comprometidas con reducción de los plásticos de un solo uso, pero que dicho impuesto llegaba “en el peor momento posible”. Por su parte, el Ministerio para la Transición Ecológica confía en que estas medidas permitan avanzar en materia de economía circular y reciclado.