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Por qué es buena idea invertir en un botellero frigorífico si de verdad te gusta beber vino

La luz, los aromas y los cambios bruscos de temperatura pueden estropear un caldo de calidad, y en el mercado existen buenas opciones por menos de 200 euros

Juan Manuel Del Olmo

Una nevera o botellero frigorífico para vino / AMAZON

Imaginemos que una persona guarda en casa una botella de vino de gran calidad. Es para él un tesoro, quizá porque se la regalaron para conmemorar un pasado éxito profesional y no se ha decidido a abrirla, o incluso porque se la trajo de su viaje a la Borgoña o la heredó de su padre. Ahora bien, guardar es un término amplio: cuando se trata de la conservación de la botella de vino, algunos consumidores no son tan cuidadosos como sería deseable para que el caldo se mantenga perfecto. Por eso, en el mercado existen algunos botelleros frigoríficos que, llegado el caso, pueden ser una gran inversión.

“La conservación de botellas de vino ha de ser a temperatura constante y, para redoblar la optimización, con humedad relativa superior al 80 %”, explica a Consumidor Global Alfonso García Cámara, presidente de la Asociación de Enólogos de Castilla-La Mancha (AECM). “Lo de invertir en un botellero especial de conservación es una decisión individual del consumidor”, considera.

Botelleros subterráneos o, directamente, frigorífico

García Cámara apunta que “se puede utilizar los sótanos de las casas o las plantas inferiores”, algo que no es posible para todos aquellos que viven en pisos. “En algunos casos se construyen botelleros subterráneos, hay varios modelos en el mercado. Con un simple frigorífico, sin congelador, es suficiente. Todo depende del nivel de inversión que se quiera realizar”, opina.

Con todo, también depende del tipo de vino. Bodegas Loeda, una bodega familiar de tres generaciones ubicada en el corazón del Ribeiro que cuenta con una producción anual aproximada de 180.000 litros amparados bajo la D.O. Ribeiro, es tajante en su web: “Cuando la botella está cerrada, las recomendaciones generales son que el vino debe permanecer en un lugar fresco y oscuro. Esto puede llevarnos a pensar que el refrigerador es el lugar idóneo para almacenarlo, pero nada más lejos de la realidad”, detallan.

Una persona descorcha una botella de vino / FREEPIK

Neveras que “no ofrecen las condiciones óptimas”

“La nevera de una vivienda no ofrece las condiciones óptimas de almacenamiento más de un día o dos. Esta mantiene una temperatura de entre 2º y 5º, con niveles de humedad relativamente bajos. No obstante, las temperaturas adecuadas para almacenar un vino están entre los 8º y los 15º, con niveles de humedad alrededor del 70–90 %. Además, el funcionamiento del motor de la nevera supone una constante fuente de vibraciones sobre la botella”, especifican.

Por su parte, B-Bacus, un enólogo que comparte tips y curiosidades en sus cuentas de Instagram y de TikTok, explica a este medio que, aunque parezca obvio, la mayor ventaja de tener en casa una nevera específicamente para el vino es el control de la temperatura, la humedad y de la luz que incide sobre la botella, además de actuar como aislante de los olores. “De esta manera, el vino se conservará durante más tiempo”, afirma.

Evitar los aromas

“Personalmente, recomendaría tener un botellero en caso de que se tenga un grupo de restauración que quiera asegurarse de que no entran aromas y de que la botella permanezca en buen estado de forma constante”, relata este experto. Pero también puede ser un seguro para consumidores que tengan una joyita en casa.

Un botellero / MEDIAMARKT

“En el caso de que sea para una persona que sea coleccionista o le guste guardar botellas durante mucho tiempo, es recomendable que se compre uno de estos aparatos. En ocasiones, si guardas un vino muchos años y si le da la luz o está en el frigorífico, se enfrenta a cambios de temperatura bruscos simplemente al abrir y cerrar la puerta del frigorífico”, expone. También la sequedad puede ser un obstáculo notable, ya que los fabricantes de neveras siempre intentan eliminar la humedad.

A partir de un año

Si el consumidor planea guardar un vino durante al menos un año, estima este joven enólogo, ya merece la pena plantearse comprar un botellero. “Empieza a afectar, y el control en este caso sería una gran ventaja”, expone.

Una botella de vino sobre una mesa / PEXELS

Con todo, estos aparatos también tienen desventajas. B-Bacus cita el espacio que ocupan (“y necesitan de corriente eléctrica, por lo que es necesario colocarlos en zonas próximas a enchufes”) y el precio. “Para tener un buen botellero frigorífico es necesario invertir un dinero. Si no, te va a dar problemas, seguramente de sonido, porque tienen ventiladores, y resulta incómodo al cabo del tiempo”, reconoce. Por eso, dado que estas máquinas son “aparatos complejos”, considera que merece la pena buscar uno de calidad, aunque sea más caro.

Qué modelos comprar

B-Bacus admite que no tiene buenas referencias de los botelleros frigoríficos muy baratos. En cambio, aunque no la ha probado, apunta que sí ha oído hablar bien de La Sommelière, una marca cuyos aparatos tienen precios razonables: en su web tienen vinotecas para 12 botellas de capacidad desde unos 160 euros. En la web, la compañía describe el modelo CC12 como una máquina que cuenta con tecnología termoeléctrica híbrida. “Al no tener compresor, es muy silenciosa, sólo 26 decibelios”, indican. Rebaja la temperatura ambiente un máximo de 12ºC y cuenta con panel digital exterior.

Vinoteca de La Sommeliere / AMAZON

También puede ser buena idea apostar por las de la marca Klarstein, que tiene modelos por menos de 200 euros con buenas valoraciones en Amazon. Promete ser “totalmente silenciosa” y permite ajustar la zona de refrigeración entre 4 y 22 °C, lo que facilita la conservación de tintos, blancos, rosados, prosecco, y otras bebidas. También cuenta con panel táctil para mantener una temperatura constante.