Ser previsor nunca había estado tan de moda. Mientras decoran las calles con las primeras lucecitas, la gente ya está con las compras de Navidad. “Este finde no puedo, tengo que comprar los regalos de Reyes de mis sobrinos”, comenta un joven en la puerta del Zara de paseo de Gràcia. Parece que el síndrome del papel higiénico sigue muy presente.
“Las Navidades del terror”, “un Black Friday con las estanterías vacías”, “niños sin regalos” y “apocalipsis” son algunos de los titulares que se pueden leer estos días alentados por la crisis mundial de la cadena de suministros. “Yo no visualizo unas Navidades o un Black Friday con las tiendas desabastecidas, pero sí es cierto que se ha producido un parón de la cadena logística sin precedentes. No se recuerda una escasez en la oferta parecida a la actual”, expone a Consumidor Global el experto en logística y profesor de economía de la UOC, Cristian Castillo. “El apocalipsis, en cierta medida, es cierto”, apunta el director del máster en Comercio y Finanzas de la UB, Emili Vizuete.
Menos donde elegir
Los especialistas explican que las marcas retirarán algunas gamas de producto de sus catálogos por la falta de existencias. “La demanda se ha recuperado y la producción no, esto puede provocar una ruptura de stocks”, advierte Vizuete.
Tanto en el Black Friday como durante la campaña de Navidad habrá modelos que no estarán disponibles, plazos de entrega sorprendentemente largos y “una oferta mucho más limitada” provocada por una situación de desabastecimiento. Las empresas “jugarán con los productos que tienen en stock, pero la realidad es que habrá menos juguetes y serán más caros”, apunta Castillo sobre este problema provocado por el Covid, el aumento de los costes del transporte --los fletes se han incrementado hasta un 400%--, el acopio masivo de China y su estrategia geopolítica, y un largo etcétera. “Hay muchos pedidos que no llegan. Es kafkiano”, opina Vizuete sobre la situación actual, cuya solución no se vislumbra hasta finales de 2022.
Los productos más difíciles de encontrar
Los niños tendrán regalos por Navidad, pero “el sector de los juguetes es uno de los principales afectados y habrá menos donde elegir”, apunta Castillo. Automóviles, bicis eléctricas, smartphones, lavadoras, neveras, robots de cocina y cualquier dispositivo electrónico también sufren y sufrirán las consecuencias de la crisis de semiconductores (microchips). Unas consecuencias que se traducen en plazos de entrega más largos y precios más elevados. Hoy por hoy, en un mundo digitalizado, “todo va conectado y la afectación es mayúscula. La estrategia proteccionista de China no ayuda”, añade Castillo.
Para hacerse con productos de rabiosa actualidad “habrá que estar muy despierto y ser rápido porque se agotarán en tiempo récord”, advierte Vizuete.
La guerra del papel higiénico II
A estas alturas, muchos ya han hecho las primeras compras navideñas. “Ser previsor puede ser una solución, pero también puede provocar una sensación de desabastecimiento irreal”, apunta Castillo sobre la posibilidad de que mucha gente haga sus compras con tanta antelación. Si esto sucede, “es posible que nos encontremos con estanterías vacías”, añade.
Prever y planificar mejor las compras y, sobre todo, no dejarlas para el último momento, parece la opción más prudente para que la escasez de existencias haga menos mella en la lista a los Reyes Magos. Al anticipar tanto la adquisición “estarás cubierto, pero dejarás de beneficiarte de algunos descuentos”, recuerda Vizuete.
Un Black Friday descafeinado
Los expertos apuntan que en el Black Friday habrá algún descuento porque se inventó en América para incentivar las compras previas a la Navidad, “pero el producto será más caro que el año pasado”, apunta Vizuete en referencia al menor margen de beneficio que tienen ahora las empresas.
Sin hablar de la subida de precio del transporte, el aluminio, el caucho y el petróleo, por ejemplo, cuestan hoy un 60, un 61 y un 100% más que hace un año. La luz y otras materias primas también están por las nubes. “La oferta será mucho más reducida y menos atractiva en cuanto a precios debido al aumento de los costes de producción y distribución”, apunta Castillo. “Todos estos incrementos imposibilitarán las ofertas”, sentencia.