Belleza a domicilio, personalización de los productos y pagos mensuales. Esos eran los cimientos que sostenían el acicalado edificio de BirchBox, que hasta hace poco era una pujante empresa pionera en el envío de productos cosméticos por suscripción. Cada mes, sus clientes recibían varias cajitas con artículos de cuidado personal, mayoritariamente muestras de pequeño formato, aunque también había algunos con tamaño de venta.
De este modo, los clientes podían probar una enorme variedad de perfumes, sombras de ojos, aguas micelares o cremas antiarrugas y comprobar cuál les iba mejor. BirchBox ejercía de curator, de connoisseur, de cómplice que llevaba a la puerta de casa las últimas proezas cosméticas. No obstante, la mancha que ahora deja no se puede maquillar: los clientes denuncian que la compañía se esfuma sin devolver el dinero de sus suscripciones.
“No hubo ningún tipo de respuesta”
Hace un par de meses, Raimon Sastre se dio cuenta con desagrado de que BirchBox había “desaparecido del mapa”: no llegaban los paquetes a su casa y tampoco era posible acceder a su perfil en la web. (Hoy, dicha web está totalmente caída). Sastre leyó después informaciones que apuntaban al cierre del negocio, así que intentó contactar con la empresa. “No hubo ningún tipo de respuesta. De hecho, a mi mujer le cobraron los 70 euros de la mensualidad, entiendo que igual que a muchas otras personas, cuando sabían que iban a cerrar porque un negocio de estas características no cierra de la noche a la mañana”, explica a Consumidor Global.
Este afectado precisa además que el servicio de BirchBox había sido hasta ese momento excelente, “excepto en sus últimos días que se han comportado como auténticos estafadores, cobrando dinero y desapareciendo como cualquier delincuente”, afirma, tajante. Las alarmas sobre el descalabro de este e-commerce de belleza saltaron primero en el mundo anglosajón, donde tenía más clientes. El medio británico Liverpoolecho publicó directamente que había quebrado “y ya no cumple con los pedidos ni envía cajas de suscripción”.
BirchBox reconoce el cese de actividad
Por su parte, en un comunicado publicado en su sitio web, BirchBox anunció que se enfrentaba “a una serie de contratiempos sin precedentes” y reconocía que ya no cumpliría con los pedidos ni enviaría las cajas. Eso es todo, amigos. Lo que más ha sorprendido a muchos clientes es, precisamente, que una empresa de esta talla actúe con tanta irresponsabilidad. Según han publicado algunos medios americanos y británicos, las cosas comenzaron a torcerse para BirchBox con la pandemia. Después llegó una firma de salud especializada en big data, FemTec Health, que puso 45 millones de dólares para hacerse con BirchBox, que aún era un negocio lucrativo.
Marinella Pulido había contratado una suscripción de seis meses por la que pagó unos 60 euros. Sin embargo, relata, las cajitas dejaron de llegar en diciembre, cuando solo llevaba tres meses disfrutando del servicio. Afirma que la compañía no se tomó la molestia de comunicar a sus clientes qué estaba sucediendo y ahora “tampoco devuelven el importe de la suscripción”. Ella ha probado a reclamar a su banco, pero de momento tampoco ha surtido efecto. “Han dejado a todas las suscriptoras vendidas. Es una vergüenza porque se supone que es una empresa grande”, explica.
Descontento extendido
Es un malestar que comparten los abonados de diferentes países. Por ejemplo, la estadounidense C. Leone escribió en Twitter “No one received October and they've gone off the grid. News reports say bankruptcy is incoming”. Otra usuaria se preguntaba “what’s going on”, ya que había pagado una suscripción anual en octubre y no había recibido ni un solo paquete. “I want a refund”, exigía. También hay quienes hablan de frustración y suben el tono. En Trustpilot, P. Passi escribe: “Nos han estafado señoras y señores, se han ido con suscripciones pagadas anualmente y ni luces de ellas. Se habrán hartado de las quejas. Nos la metieron doblada. Intenten desde vuestro banco que les devuelvan el recibo”.
Hay quien puede hacer leña del árbol caído: a finales del año pasado se anunció que Blissim, líder del sector de las cajas de belleza en Francia (cuenta con más de 200.000 suscriptores mensuales), aterrizaría en España a principios de 2023 aprovechando el vacío que deja BirchBox.