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Beber un vino en un baño islámico del siglo XII: el rincón secreto de Sevilla que tienes que conocer
Este bar mezcla el patrimonio con la tradición sevillana para ofrecer al cliente una experiencia tan única como histórica
El olor a azahar, a naranja, a incienso. Las calles repletas, gente que viene y va. Un ambiente en la calle que acoge, que gusta. Esta solo es una de las muchas descripciones que se pueden hacer de Sevilla. La capital andaluza tiene su propio sello en el que la historia de musulmanes y cristianos es un rasgo notorio. Un vistazo a la arquitectura basta para comprobarlo.
Son muchos los sitios que quedan por descubrir en la ciudad hispalense. Otros hace relativamente poco que han hallado su pasado, la cultura que les avala. Es el caso de una cervecería situada junto a la catedral sevillana. Un local que hasta 2020 no era más que un bar típico como los que abundan en el resto de la ciudad. Ahora, además de mantener su esencia, se mezcla con su antepasado, único en toda España.
Un tesoro protegido
Hay que remontarse hasta 1923 para entender la historia del bar Giralda. Por aquel entonces, se hacía llamar Bar Español. Hubo que esperar hasta 1934 para que se bautizará con el nombre que mantiene en la actualidad. Así lo relata a Consumidor Global Javier Avilés, responsable de comunicación del establecimiento. Tras sus paredes siempre se ha escondido un hamán (baño árabe) almohade del siglo XII.
Quedó enterrado cuando Vicente Traver, un arquitecto valenciano, hizo un hotel años antes de convertirse en una taberna. Obra de este artista es el Teatro Lope de Vega y el Ateneo de Sevilla. "Cuando hizo el hotel cubrió todos los techos con una capa de yeso. Gracias a esos trabajos se protegió lo que hemos descubierto", matiza Avilés.
Años de sospechas y esperas
En 2007 el dueño del bar Giralda iba a cerrar el establecimiento. Fue entonces cuando el hostelero sevillano Federico García Patanchón --ya fallecido-- se quedó con el local. "El anterior dueño le da a Federico una fotocopia de un estudio antiguo de 1956 en el que un catedrático de la Universidad de Alejandría ya decía que tenía la clara sospecha de que eso era un hamán lujoso del siglo XII", detalla Avilés. Sin embargo, no fue tan sencillo comprobarlo. En 2017, el empresario intentó comenzar con los trabajos.
No fue hasta que llegó la pandemia cuando tuvo la oportunidad perfecta. Con el local cerrado y las excusas de remodelación, llegaron las primeras confirmaciones. "Aparecen 89 luceras [aperturas o ventanas en el techo], que son muchísimas. Dan por hecho que es un baño de lujo", añade el responsable de comunicación. A estos hallazgos, se suma el descubrimiento de unas pinturas originales de decoración visibles en el techo y en las paredes. "Eso es lo que lo convierte en el mejor conservado de toda la península", destaca Avilés.
Un tapeo barato
El bar Giralda no es solo famoso por ser un antiguo baño árabe. La oferta gastronómica que ofrece es otro de sus atractivos. Apuesta por una de las tradiciones que más caracterizan a Sevilla: las tapas. De hecho, esta ha sido siempre la filosofía del establecimiento. "Con el hallazgo no pasa a ser un restaurante con menú degustación de 60 euros por comensal", subraya. "Están las tapas típicas que hemos tenido siempre", añade. El responsable destaca platos como los pimientos rellenos, que llevan ofreciendo unos 60 años, o las patatas a la importancia.
"El tapeo son unos cuatro euros y tienes encima de tu cabeza luceras, una cúpula, una bóveda de cañón o unos arcos", destaca. La cervecería también ha sido pionera en el estilo del tapeo. En los años 80, el antiguo dueño revolucionó esta tendencia. "Antes se ofrecían tres o cuatro tapas y él amplió la carta a 20 o 25 opciones escritas en una pizarra". Mantener esta esencia es el objetivo. "No queremos hacer un homenaje ni a la época almohade ni a la cocina árabe. Queremos recuperar, mantener y poner en valor el patrimonio", concluye.
Un atractivo turístico
Desde hace una década, el bar Giralda ha ido recibiendo una clientela más internacional. Sin lugar a dudas, su ubicación es el principal motivo. Tras dejar a la vista el hamán almohade y después de la pandemia, se organizaron puntualmente dos jornadas con visitas guiadas, según cuenta Avilés. En la actualidad, el bar no ofrece este tipo de servicios. Pero son muchos los curiosos que se acercan hasta él solo para conocerlo.
Para los cineastas tampoco pasa desapercibido. A raíz del descubrimiento, son varios los rodajes que ha protagonizado el icónico establecimiento. "La mayoría de personas saben lo que van a ver. Les sorprende más que pidan una cerveza y una tapa por cinco euros y poco", zanja. Disfrutar de un vino de Jerez, una tapa tradicional o una más arriesgada que combina sabores son algunos de los planes que ofrece esta cervecería. Un siglo a sus espaldas y los baños árabes mejor conservados marcan su historia en pleno corazón de Sevilla.
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